miércoles, 19 de enero de 2011

Dientes, dientes....


Ayer tuve la suerte de vivir una de las experiencias más fascinantes con las que la vida nos puede sorprender, algo que a todos nos emociona y de lo que siempre guardamos maravillosos recuerdos. Ayer, afortunado yo, decidí tomarme la tarde libre para visitar a mi dentista (ironía I).

Es un lugar al que siempre voy contentísimo porque sé que no voy a sufrir. La tranquilidad y paz interior que tengo en las horas previas o incluso en la misma sala de espera es algo que no consigo ni cuando estoy de vacaciones tumbado al sol. El momento en el que entras y te sientas en ese sillón (me compraré uno para mi casa) para ponerte cabeza abajo es casi orgásmico, pero lo mejor llega cuando empieza la manipulación: Que si te pincho para anestesiarte, que si ya estás anestesiado y sientes que tienes la boca como Carmen de Mairena, que si ese ruidito agudo que suena a taladro de carpintero, etc., etc. (ironía II)

También uno se da cuenta de que los dentistas son mentirosos compulsivos: "Ya no queda nada" significa que te quedan por delante entre 40 y 45 minutos de sufrimiento. "Si te duele me avisas que paro" significa que si te duele te fastidias porque no puedes avisar al tener la boca inutilizada, pero si consigues avisar por otros métodos, te dirán algo así como "venga, aguanta que ya está". Y al salir, cuando te dice "no creo que te duela, pero si te molesta un poco te tomas un ibuprofeno" quiere decir claramente "esta noche, mañana y los próximos 7 días las vas a pasar canutas, desearás no haber venido nunca y yo de ti iba a la farmacia a comprar 7 cajas de ibuprofeno porque lo que te va doler no está en los escritos".

Y reconozco que todo es por mi bien, que a la larga es mejor para mí, que mi dentadura va a ser maravillosa y que podré hasta comer piedras con ella. Por eso y por el rato agradable que ayer me tocó pasar pago tan contento al final de cada sesión....

5 comentarios:

Bea dijo...

Eso te pasa por no ir al dentista que te recomiendan....De todos modos te diré que la "sinceridad" tampoco es ninguna de sus virtudes

Lan dijo...

Bea, tengo que decir que el trabajo del dentsita fue impecable pero ello no quiere decir que el sufrimiento sea menor. No es cuestión de dolor sino más bien de los nervios y la tensión del momento.

Vamos, que da lo mismo ir al dentista del barrio que al dentista del Rey (siempre que haya un mínimo de profesionalidad, que el resultado va a ser siempre bueno y el dolor el mismo y al ladito de casa, oiga (me acabo de ganar ración extra de pisto).

dijo...

Qué pasa, vas pocas veces al dentista? porque igual lo que te falta es experiencia jijijiji
Por la mía propia puedo decir que ha aprendido a relajarme tanto en esas tumbonas de "tortura" que hasta he llegado a dormirme. Se lo tengo que agradecer a las malditas muelas del juicio que con 22 añitos me hicieron la vida imposible y claro, ahora un sencillo empaste es una paseo por las nubes. Lo dicho experiencia!!
Sustituye el ibuprofeno por enjuagues con un buen coñac y verás como desaparecen tus males. Cuídate.

Capitán Citrico dijo...

Yo también soy un asiduo a los dentistas....bueno, mas bien va por temporadas...lo voy dejando, dejando, dejando hasta que ya no me queda mas remedio que ir durante una temporada seguida.
A mi el miedo no me lo da el instrumental del dentista, sino la tabla de precios del mismo....y es que si me devolvieran con carácter retroactivo todo lo que me he dejado en dentistas en mi vida, tendría para la entrada de un piso...

elcabronencantabria dijo...

¿Y que me decis de la musica de la sala de espera? Eso es sadismo puro.