martes, 31 de agosto de 2010

Soñar despierto

Hay cosas que siempre quisimos hacer, que nos imaginamos haciéndolas, que disfrutamos pensando en ellas...pero que es más que probable que nunca las podamos hacer con un mínimo de calidad.

Una de esas muchas cosas que me gustaría hacer es poder cantar esta canción, acompañado de una guitarra ante un grupo de personas no demasiado numeroso y que entre esas personas estuviesen las que son importantes en mi vida, las que necesito ver de vez en cuando aunque sólo sea para saber que están bien, las que necesito ver cada día, con las que necesito hablar, reir, a las que les quiero contar cosas que sólo a ellas les contaría, con las que no pasa el tiempo cuando nos reencontramos después de semanas y con las que vuela cuando nos vemos, las que se alegran de verme, las que hacen sentirme bien y a las que espero corresponder.


jueves, 26 de agosto de 2010

Gente que me saca de quicio (I)


Esta mañana me levanté, como hago casi siempre, a eso de las seis de la mañana. Preparo café, preparo biberón, me ducho y si tengo algo de tiempo (depende de la hora en la que se decidan despertar los infantes) me conecto a internet para echar un vistazo rápido a la prensa digital y oye, de vez en cuando me sorprenden con una píldora como la de hoy de Joaquín Sabina en la que dice (atentos todos): "Veo la telebasura para poder odiar a la Humanidad". ¿Qué os parece???.



A mí, de momento, ya me torció la mañana. No sé porqué, pero me la torció. Si esa frase la dice otra persona que no pertenezca al gremio al que pertenece este tipo, igual ni le presto atención, pero que la diga este fulano me sienta como una patada ahí, precisamente ahí donde más duele. Y es que esta gente (todos sabéis a que gente me refiero) se creen que lo que dicen ellos es lo válido, que todo el mundo debería pensar como piensan ellos, si alguien les lleva la contraria empiezan a protestar y se creen que tienen detrás de ellos una corriente que les sigue (lo triste es que la tienen) asintiendo con sus cabezas y poniendo su mano izquierda con el gesto de sujetar la barbilla que tanto gusta a hacer a "los que piensan".


Me da por el saco (expresión soez que sale de mi ira) que esta gente hable y todos digan: "Oooooooh, si lo dice el del bombín es cierto y dejaré de ver Sálvame y La Noria para siempre jamás".


Querido Joaquín: Dedícate a componer, que no lo haces mal, y deja tus charletas de cátedra para cuando te reunas con la realeza y cuentes chistes que a todos los presentes les parecerán graciosísimos y que te reirán a carcajadas mientras tu ego aumenta de manera exponencial.



Y pienso yo: ¿Será la frase lo que me puso de mal humor o será Joaquín Sabina el que consigue despertar en mi tan incómoda sensación?. Apuesto por el del bombín.


martes, 24 de agosto de 2010

The Pixies

Me van a permitir ustedes que comparta una canción que hoy, precisamente hoy, me apetece escuchar...y disfrutar.



lunes, 23 de agosto de 2010

Mi generación según los helados


Voy a hacer un recorrido mental y escrito a través de los helados más populares de los años en los que era un mozalbete sin pelos en la espalda. Seguro que coincidimos en más de uno. ahí voy:

  • Frigodedo: De Frigo, como su nombre indica y con forma de mano izquierda con el dedo índice apuntando al cielo. Su sabor original era de fresa y lo suyo era chupar el dedo absorviendo el líquido rojo hasta que el dedo se quedase de color blanco/hielo. Helado de gran éxito entre los míos y que todavía hoy se sigue vendiendo en versión revival.
  • Frigopié: También de Frigo y que se comercializó como continuación del éxito obtenido por el anterior. Tengo entendido que a un comercial de frigo se le ocurrió hacer una serie de helados anatómicos y que incluso presentó otros bocetos en un brain-storming de la casa (frigoreja, frigopiños y frigopelo) hasta que alguien con más visión comercial le dijo que se tomase unas vacaciones y que ya le llamarían para su reincorporación. Este helado no era de hielo, era cremoso y también con sabor a fresa. Lo mejor era comer el dedo gordo...
  • Frigurón: A ver quién adivina de que casa era. Tenía forma de tiburón, era de color grisáceo y sabía a.....no sé, pero era rico y refrescante. Sospecho que ya no se comercializa. También era de los que le chupabas la cabeza al tiburón, como si de una gamba se tratase y hasta que no le quedaba nada dentro. Muy típico ese sonido que se emitía al absorver: "Pfrssssssssssssss".
  • Drácula: Este era y es de los más clásicos y de los más apreciados. Es negro por fuera y rojo por dentro con una pequeña base de vainilla. Cada vez los hacen más pequeños, pero se sigue apreciando perfectamente su sabor a.....decían cola pero la cola uqe yo conozco no sabe a eso, ¿verdad?. De este helado hay versiones de Carrefour y de Mercadona y no desmerecen. De verdad.
  • Colajet: Ahora se oyen voces internas que dicen "es verdaaaaad". Este era de Camy y su campaña promocional consistía en que en el palo había premio y podía tocarte otro y otro y otro. Cuentan que más de uno se pasó la tarde entera comiendo Colajets a costa de los premios del palo. Era de hielo entero excepto el capuchón que era de chocolate. Tenía forma de cohete y sabor de cola y de limón. Que levante la mano el/la que nunca haya comido uno.
  • Torpedo: Este era de Alacant, una marca de calidad pero que entonces era algo tristona. Consistía en un vasito de forma cónica con una bola de chicle en el fondo. Creo recordar que era de vainilla y lo comías con una minicucharita de plástico hasta que llegabas al fondo. Una vez ahí, te llevabas el cono a la boca y a comer la bola de chicle. Si intentabas sacar la bola de chicle con la cucharita corrías el serio peligro de hacer el "efecto palanca" y que la bolita saltase hasta lugares inalcanzables, perdiéndote el placer de saborear ese chicle que, entre nosotros, era malo, malo de solemnidad.
Y tampoco podemos olvidarnos de los Flash ni de los morenitos congelados ni de los polos de hielo de toda la vida ni de los vasitos o el corte de tres gustos....

Fuente La Lloba


Ayer tuve la suerte de visitar y disfrutar de uno de los sitios más peculiares que nos puede ofrecer Asturias, en lo que a gastronomía y entorno se refiere. Vaya por delante que no hablo de la preciada gastronomía asturiana sino de la japonesa y es ahí donde radica la peculiaridad del lugar, porque en medio de la montaña piloñesa, tras 16 kilómetros de carretera sinuosa y alejado de todo se halla este sitio que sin ninguna duda os recomiendo: Fuente La Lloba.

Tras un viaje poco apto pero no imposible para propensos al mareo llegamos a una casita asturiana muy coqueta con toques decorativos que claramente nos indicaban que Japón estaba muy presente. Es un lugar agradabilísimo, cuidadísimo, limpísimo y desde en los que sabes, desde el momento que llegas, que te vas a “enfrentar” a algo bueno, a algo de calidad.

Puedes comer en mesas o comer en el tatami, que consiste en una mesa baja sobre un tatami (ver foto) colocado en un lugar estratégico de la casa y para el que es obligatorio acceder descalzo. Te sientas sobre cojines e inmediatamente empiezas a empaparte de cultura nipona. El menú es sólo uno. No hay carta, salvo para las bebidas y la única elección la tienes en el postre. Creo que también puedes elegir entre comer con palillos o con cubiertos más occidentales, aunque yo tenía claro que de vivir la experiencia la viviría completa y o comía con palillos o no comía.

El menú tenía varios platos, comenzando con unas algas marinadas, unos tallarines con salsa de soja y wasabi, atún especiado y exquisito, verduras y langostinos en tempura y sushi. De postre y a elegir, bizcocho de jengibre o helado de semilla de sésamo. Todo ello en una cantidad más que razonable y de una calidad más que admirable.

De precio muy bien, aunque tuve la suerte de ser invitado por las personas que tuvieron el gran detalle de querer que conociese ese lugar y el trato dispensado por sus propietarios (uno japonés y el otro catalán) en todo momento correctísimo tirando a agradable. Como gran curiosidad destaco a la parte japonesa del dúo haciendo la cuenta ayudado por un pequeño ábaco.

Sin duda, un sitio que recomiendo a todo el mundo, con el que podéis sorprender casi seguro y que, yo creo, no os defraudará. Ah! Y creo que sólo se puede ir previa reserva…

¿Cuándo será al revés?

Qué lento pasa el tiempo cuando tiene que moverse y que rápido pasa cuando tiene que estar quieto....

sábado, 21 de agosto de 2010

A qué no puedes comer sólo una...



Siempre os dije cosas que me gustaban y me refiero, principalmente, a gustos gastronómicos. Siempre os escandalizasteis de que no soportase la cebolla en una tortilla de patatas (sé que muchos intentasteis colármela y yo me la comí haciendo como si no notaba nada por pura educación, pero sabed que estáis cazados y con tarjeta amarilla), también os sorprende que mi comida favorita sea un buen plato de lomo adobado bien coloradito y acompañado de sus patatas bien fritas (aquel o aquella que desee conquistarme ya sabe lo que debe hacer. Por un buen plato de lomo con patatas soy capaz de matar) y nos sorprendemos mutuamente cuando alguien intenta desprestigiarme al difundir que no me gusta el queso…cuando realmente lo adoro y disfruto, sobremanera el Afuega’l Pitu roxu que es una de las cosas más ricas que entraron en mi boca. Siguendo en esa línea, hoy, como estoy de supersubidón (porque realmente lo estoy), os contaré otra de mis ocultas e incomprendidas pasiones: Patatitas de bolsa con sabor jamón de Matutano (dejaros de Crecs, Hacendado o Risi). Mmmm….

Las conozco y sigo desde hace años, cuando yo podía contar mis años con los dedos de las manos y todavía sobraba alguno. Venían en unas bolsitas de un color burdeos que me resultaba atractivo y su sabor inconfundible hacía que dejase la bolsa más limpia que la caja de Afinsa. Lo malo fue que desparecieron sin dejar rastro durante años, hasta que hace unos pocos volvieron para quedarse ya definitivamente entre nosotros.

La bolsa ya no es tan bonita, pero el sabor lo mantienen y eso es lo mejor. Sería capaz de comer mil o dosmil bolsas seguidas y jamás me cansaría de ellas (de hecho, no hace ni dos minutos que me acabo de comer una enterita y todavía me relamo).

Sólo hay un pequeñísimo detalle a tener en cuenta: No saben a jamón, pero ni de lejos. Son patatitas sabor jamón, pero a mí no me recurda para nada el sabor del jamón. Nunca me lo recordó, jamás probé un jamón que supiese ni parecido. Vamos que lo mismo podrían ser patatitas sabor jamón que patatitas sabor oricio.... Así todo, que nadie lo olvide, sigue siendo, para mi paladar, algo realmente delicioso.

Por si alguien no lo recuerda, el título de este post es uno de los eslogans más utilizados por una empresa, por Matutano y si lo analizamos es bueno, es muy bueno. A veces las cosas sencillas son las que más éxito tienen.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Consejo para hombres

¡¡¡¡Atención hombres del mundo!!!!

Este es un consejo de un humilde ciudadano y va dirigido única y exclusivamente a los hombres del planeta y no a las mujeres. A esos hombres que alcanzan edades peligrosas en los que cualquier movimiento puede ser rápidamente detectado por el resto de la humanidad, a esos hombres que quizás se sienten cada vez menos seguros, a esos hombres que se niegan a pensar que la juventud es pasado y la madurez presente, a esos hombres que pueden recibir consejos equivocados.


Es muy importante que me hagáis caso y que seáis fuertes, que no claudiquéis y que vuestra personalidad esté por encima de todas las demás, que nadie os intente convencer de lo contrario porque nadie con dos dedos de frente puede convencer a nada ni nadie de semejante barbaridad y que ante todo está vuestra dignidad como personas.


Hombre del mundo, hacedme caso, POR FAVOR, y no os tiñáis el pelo…






AVISO: Este consejo no lo doy, como muchos podréis pensar, porque yo ya lo haya hecho. Para hacerlo, además de pocas neuronas, hacen falta dos cosas muy importantes (tinte y pelo) y el que suscribe está falto de una de ellas. Este consejo lo doy tras ver delante de mí, cada día, cientos de personas y algunas de ellas con el pelo teñido y la verdad es que el efecto es completamente devastador. Si ves a un hombre con el pelo teñido, automáticamente desaparece el respeto hacia él y la mirada se irá automáticamente hacia su cabellera sin poder evitarlo. Hay cosas que un hombre no debería hacer nunca. Una de ellas es esta. Espero que me hagáis caso.




martes, 17 de agosto de 2010

Habrá que ir pensando en marchar...

En las últimas horas están ocurriendo una serie de cosas que no me gustan un pelo. La luz del día, aunque parezca una tontería, ya no es la misma. Es muy parecida, pero no igual y es como cuando un pintor intenta copiar el color de una pared pero no es capaz de conseguirlo por mucho que se acerca.

Tampoco es igual la cara de las personas. Hace pocas semanas se notaba mejor la expresión de alegría en los rostros, pero esa expresión se va marchitando y derivando, poco a poco, hacia una expresión que no expresa nada y que es el paso previo a la melancolía que tantos disgustos nos da.

Incluso esas sensaciones bochornosas de calor se van yendo, buscando ya otros destinos y otros destinatarios, dando paso a otro calor, que es calor, pero ni parecido, que calienta pero que no calienta, que si pero que no.

Y es que inevitablemente el verano se nos va. En menos de quince días llegaremos a septiembre y ya miraremos hacia atrás en vez de hacia adelante para alegrarnos y hacia adelante en vez de hacia atrás para entristecernos, empezaremos a pensar en los meses de rutina inevitable que nos quedan por delante para volver a vivir algo parecido a lo vivido en los últimos meses y, como ocurre en diciembre, haremos propósitos para la nueva temporada y desearemos que todo sea igual o mejor que la pasada campaña. Me da pena, porque adoro el verano, porque el calor me hace sonreír y porque me gusta mucho, muchísimo la luz y la luz que nos da el verano es especialmente luminosa.

Quizás lo más inteligente ahora sea rendirse, hacer lo que el otoño y el invierno tengan a bien y esperar agazapados el momento, porque en unos siete u ocho meses tendremos nuestro momento para reconquistar la luz, el calor y, por fin, volveremos a disfrutar de todo esto que tanto nos gusta. Y que nadie olvide que hoy es 17 de agosto y aunque este post sea tirando hacia abajo, seguro que el verano nos dará todavía alguna alegría más.... Tiempo al tiempo.


jueves, 12 de agosto de 2010

Clavos comunes


Hay un par de cosas por las que los seres humanos pagan/pagamos religiosamente un sobreprecio injustificado y que me gustaría que alguien me explicase, porque no lo acabo de entender muy bien.


La primera opción es un menú de boda. Los precios de estos menús cerrados y que se sirven en serie (detalle a tener en cuenta) son una verdadera burrada. Hablamos de 120 €uros por un menú normalito y de nombre rimbombante que no siempre se disfruta. No puedes elegir los platos, no puedes elegir la bebida, no puedes elegir el postre, pero cuesta una pasta. ¿Alguien pensó alguna vez lo que nos costaría comer en el mejor restaurante de nuestra ciudad?. Pues costaría, como poco, la mitad de lo que pagan los novios. ¿Por qué ese sobreprecio cuando el coste es el mismo o incluso menor que el del mejor restaurante de la ciudad?....misterio sin resolver.


La segunda opción es la mesa de la cocina. Nunca lo entenderé por mucho que alguien se empeñe en explicármelo. Una mesa de cocina no tiene nada especial, es de un tamaño menor que el resto de las mesas de la casa, el material con el que está hecha no es nada extraño ni imposible de conseguir (no está hecha de piedras lunares, al menos la mía), el diseño es lo más sencillo que existe y la utilidad la justa, pero el precio una barbaridad. ¿Quién me explica esto? ¿Por qué pagamos 600 o 700 euros por algo tan sencillo y lo hacemos sin rechistar e incluso pensando que nos llevamos un chollo a casa?.


Recientemente yo tuve que pagar por una de estas dos cosas. Premio para quién la adivine...

martes, 10 de agosto de 2010

Gente maja


Hay gente que es muy borde. Gente que se cree que te puede decir lo primero que se le viene a la cabeza sin llegar a pensar si eso que dicen nos puede hacer daño o no. Es gente que se piensa que siempre tiene la razón sin llegar a pensar ellos mismos que tienen mucho que aprender, sobretodo de educación y de maneras de comportarse ante los demás.

Esta misma mañana me ocurrió. Tuve la desgracia de toparme con uno de estos seres que les da lo mismo lo que tu pienses porque ellos siempre piensan lo suyo y si te gusta bien y sino también. Era bien temprano y tuve la mala idea de hacerle una pregunta a este aficionado al comportamiento bipolar. Mejor me hubiese callado, pero es que necesitaba saber la respuesta y había pensado, erróneamente, que él era el indicado para darme la respuesta.

No entiendo ese comportamiento y aunque no es la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que me lo hace, yo siempre le respondí con amabilidad a todo lo que me preguntó a lo largo de los años. Está claro que, al menos en este aspecto, somos diferentes, gracias a Dios.

Hoy simplemente le pregunté por el horario de un comercio al que sé que va todos los días y al que yo necesitaba ir. Su respuesta simpática consistió en un simple “Vete a ver el horario que está puesto en la puerta” a lo que añadió “Esto que me preguntas ¿es por hablar de algo como el tiempo?”, todo acompañado de una expresión facial que ya os podéis imaginar.

Querido amigo: Si sigues dando esas respuestas a tus clientes te quedarás solo y eso te preocupa mucho, por lo que igual deberías contener tu ira ante los demás, ante esos que no tenemos ninguna culpa de lo que te pueda pasar dentro de casa. Todos tenemos cosas que nos contrarian, pero eso no nos da ningún derecho a pagarlo con la gente y menos con la clientela de la que vives. Y te puede ocurrir una vez, dos, pero no regularmente cuando a ti te da la gana. Como yo ya estoy mayor para aguantar este tipo de estupideces y encima has conseguido ponerme un poco de mal humor te voy a dar un premio y como premio no iré a verte en unos cuantos días, pero luego no te quejes porque la crisis se está llevando a los clientes, que igual no toda la culpa es de la crisis.

jueves, 5 de agosto de 2010

Que vacaciones tan divertidas....


Decía una canción española de un magnífico grupo y cuyo nombre recuerdo muy bien aquella frase de “…vacaciones los cojones, es mejor trabajar”. Y eso es lo que debe pensar ahora mismo alguna que yo me sé y que decidió ir a pasar unos días de asueto a un hotelito marbellí que debió encontrar por Internet mirando unas ofertitas… Me refiero, como no, a Michelle Obama y familia que lo deben estar pasando “chupi” en esas vacaciones que organizaron para este 2010.

Para empezar el cartelito. Afortunadamente alguien se dio cuenta a tiempo del espantoso ridículo que hubiésemos hecho de haber seguido en pie esa especie de mural gigantesco donde se daba la bienvenida en su idioma a tan importante familia. Creo (no se puede apreciar en la foto) que si te acercabas a menos de diez metros automáticamente saltaba un mecanismo con el que se accionaba una grabación que decía aquello de “Americanoooooos, os recibimos con alegríaaaaaa”. Un diez para el ideólogo del cartelito y otro para el diseñador, que debe de ser el mismo que diseñó a Naranjito.

Y después esos paseos tan “normales” que se dan por los mercados andaluces en los que tienen pinta de estar pasándoselo en grande con seiscientas personas siguiéndoles y aguantando el peñazo (porque tiene que ser un auténtico peñazo) de los políticos de turno explicándoles la historia de cada metro de la ciudad y agasajándoles con regalos tan bonitos como figurillas de bronce que representan la entrada de la ciudad o un vale para recibir una clase de flamenco que se lo dio en un gesto de generosidad sin parangón un ayuntamiento de un pueblo cercano (verídico). Creo que el vale caduca a los treinta días y sólo es válido de lunes a jueves, así que ya se pueden dar prisa.

La verdad es que en estas situaciones me da pena esta buena gente y me da pena de sus vacaciones. Estoy seguro que ellos querrían estar en el hotel, bajar a la piscina con la misma camiseta que usaron para dormir y comer un helado de los gratis encima de la toalla para luego tirarse a la piscina haciendo una bomba. Después ir a ducharse y salir por la ciudad a tomarse unas cañitas y unos boquerones y si se tercia (que siempre se tercia), unas copichuelas antes de volver al hotel cantando y despertando con los cánticos a los vecinos de la segunda planta antes de subir a la habitación para poner la tele y ver Sálvame….

Que bien lo tienen que estar pasando. Seguro que el próximo año vuelven….