domingo, 27 de junio de 2010

Gente que no es normal


14:12. Me sitúo en una macrotienda de origen sueco donde venden muebles que, en teoría, te los tienes que llevar a casa y montarlos tu mismo porque así, según ellos, te ahorras una pasta pero te dejas a cambio la espalda y un poquito de paciencia por el camino.

14:23. El que escribe esto ya está frente a su objetivo. Ya estaba señalado de antemano, con lo que iba a ser una operación limpia y rápida. Llegar, señalar, pagar y marchar sin necesidad de levantar un solo peso, ya que la intención es pagar un transporte que te lo deje en casita a un módico precio.

14:24. La operación empieza a ser distinta a lo planeado inicialmente ya que un amable mocetón vestido de amarillo me dice que SI, que pagando unas pesetillas me lo llevan a mi casa, pero antes debo ser yo el que localice el pasillo, la sección y con esta fuerza que Dios me dió, cargar las cajitas en un carro para pasar por caja. En ese momento aparece en escena una hija de unos 45 años animando a su madre de unos 75 a cargar cajas en su carro y soltándole frases como "Vamos mamá, que podemos!!!". La hija, por cierto, con un brazo escayolado. Dato importante.

14:34. Por fin encuentro el pasillo, la sección y empiezo a cargar. Me doy cuenta que no tengo fuerza, que son cajas enormes y que no puedo. Ni yo ni quince como yo. Por detrás oigo a alguien decir "Venga, claro que puedes!!!". Me doy la vuelta y encuentro a madre e hija con brazo en cabestrillo que ya van por su segundo carro con cajas tan grandes como nunca las había visto y preguntando al chico de amarillo por un sofá de tres plazas. Yo, mientras tanto, con una lesión vertebral y deseando que se acabe esa pesadilla cuanto antes.

14:47. Me rindo. Yo no puedo con esas cajas y pido ayuda a uno de esos chicos de amarillo que, como si fuese una caja de zapatos, agarra la caja y la pone en mi carro casi sin esfuerzo. En ese instante la familia amiga empieza a cargar su tercer carro con el sofá triplaza.

14:58. Por fin ya tengo todo en el carro y me voy a la caja. Cerca de mí puedo escuchar "¿Ves mamá cómo podíamos?" y allí estaban las mujeres aliadas de la kritponita con sus tres carros rebosantes de muebles, que los habían llenado en apenas 2o minutos y con caras de "llenaría otros tres carros más ahora mismo pero no tengo casa para tanto mueble" mientras yo no daba crédito a lo que veía y apenas podía poner la espalda recta por haber intentado emular al campeón del mundo de halterofilia.

15:13. Al final lo conseguí. Compré lo que quería, me lo llevan a casa y me voy sin echar la vista atrás dejando allí a la familia Supermánez que no sé si contatarían en transporte o llevarían todas las cajas y su sofá en un Reanult Clio, porque estaba claro que nada se les iba a poner por delante.


Y ahora viene lo peor......

sábado, 26 de junio de 2010

Pequeño recuerdo

Desde que hace ya unos veinte meses y en una tarde sabatina se le cruzasen los cables a este que os escribe y decidiese la creación de este blog, no sois pocos los que me habéis pedido un post sobre el K2.

Habrá gente que me lea que no tenga ni idea de lo que le estoy diciendo, habrá alguien que no haya conocido esa faceta de mi vida (nuestra vida, porque somos muchos los que la compartimos), habrá personas que ni se puedan imaginar lo que aquella época significó y no sepan idea hasta qué punto marcó aquello nuestras vidas, pero no lo voy a contar porque creo que es imposible describir con palabras aquellos cinco años e intentar convenceros de lo importantes que fueron.


Por eso prefiero no hablar del K2 y que cada persona de las que vivieron aquella época sea capaz de recordar alguna situación, algún momento, algo especial...

martes, 22 de junio de 2010

Pequeños pasos para el hombre...


Como bien sabéis todos, soy un "repunante" (sin G) para los temas culinarios. No me gusta la cebolla en la tortilla, tampoco me gusta la cebolla fuera de ella, no soporto ver una zanahoria y odio que un guisante invada mi plato. Tampoco quiero saber nada con un huevo cocido, por muy desmigajado que esté y una cosa: SI ME GUSTA EL QUESO.


Pero lo que más sorprende a la gente, y lo entiendo perfectamente, es que no me gusten los huevos fritos...o no me gustasen diría yo porque el pasado fin de semana dí un pequeñito paso hacia la eliminación de esta barrera gastronómica con la que convivo, casi casi, desde que nací.


Gracias al buen quehacer de mi amigo Víctor me pude tomar unos huevitos fritos de codorniz que estaban, cómo decirlo,...EX-QUI-SI-TOS. Los preparó con tanto mimo y tenían tan buena pinta que no podía negarme a probarlos. Estaban allí tan coquetuelos, sobre un trocito de pan y bajo unos pequeños taquitos de jamón y chorizo que era imposible no comerlos de un bocado.


Ahora bien, lanzo un aviso para navegantes: Que nadie pretenda ofrecerme huevos de codorniz porque yo sólo comeré los de confianza y esos sólo son los de mi amigo, que tienen un ingrediente fundamental y difícil de encontrar en la cocina moderna: El cariño.

Que ricos estaban!!!!

¿Dónde están los minutos?

Pensaréis que estoy muerto, que no quiero seguir este proyecto, que ya no me interesa escribir....pero nada de eso es cierto. Quiero seguir, quiero escribir, no quiero morir...
Y seguiré, escribiré y no me moriré (espero), pero es que en los últimos días no encuentro ni un minuto libre por el camino. Los busco pero están desaparecidos, los llamo pero no me contestan y esos minutos que antes aparecían debajo de las piedras, ahora son más bien escasos...
Por favor, si alguien encuentra uno o tiene alguno que le sobre, que me lo pase. Prometo devolverlo...

lunes, 14 de junio de 2010

Amistades de las de verdad


Los hay que presumen de tener muchos amigos y los hay que presumen de tener pocos. Todo eso sin saber cuántos son muchos y cuántos pocos porque, que yo sepa, no existe organismo oficial que se deique a establecer el número mínimo de amistades que debe tener una persona para ser considerada "normal" dentro de los parámetros de las relaciones sociales.

Y digo esto porque hace pocos días, en uno de esos momentos que te deja la vida y en los que puedes dedicarte a pensar sin miedo a ser interrumpido, el tema elegido por mi cerebro era el de la amistad, el de mis amigos (en masculino y femenino), el de aquellas personas que yo considero amigos y las causas que hicieron que les llegase a otorgar dicho "título".

Me daba cuenta de que tengo amigos y amigas, que tengo varios, no sé si son muchos o pocos, pero suficientes, que son buenos, que si alguno me da la sorpresa y deja de ser bueno, le daré una oportunidad, pero si reincide le cesaré inmediatamente y que todos, absolutamente todos, son parte muy importante de mi vida, pero lo que más llamó mi atención de aquellos pensamientos era el ver cómo habían ido apareciendo en mi vida.

Prácticamente todos aparecieron de una forma casi casual e inesperada, gente con la que no contaba y que se hicieron grandes amigos, gente que apareció en mi vida sin ninguna previsión, gente que de pronto y casi por la espalda entraron en mis sentimientos. Gente que quiero que siempre estén ahí y que nunca se vayan porque todos y cada uno de ellos (repito que lo digo en masculino y femenino) son (sois) muy importantes en mi vida. Personas con las que quiero y deseo compartir tiempo, palabras, miradas, gestos, paseos, cafés, comidas, risas, llantos, fines de semana, sustos, sorpresas, experiencias, recuerdos....

Y, por supuesto, todos ellos me tienen (tenéis) a mí para todo lo que quieran. Procuraré fallarles lo menos posible.

miércoles, 9 de junio de 2010

Las bolsas del "pryca"



De vez en cuando aparecen ciertas cosas en nuestras vidas para cambiarla, para mejor o para peor, pero para cambiarla sustancialmente. Sirva como ejemplo la telefonía móvil, que hace 15 años no sabíamos ni que existía, cuando los teléfonos que teníamos en casa eran de marcar con una rosca agujereada y eran tan fijos que nos obligaban a no movernos del sitio mientras hablábamos porque tampoco existían los teléfonos inalámbricos. Y de saber quién estaba al otro lado sin descolgar nada de nada, porque lo de la identificación de llamada ni se pasaba por la imaginación de las cabezas más futuristas. Pero de esto ya pasaron algunos años y ahora ya vivimos como si siempre hubiese sido así.


Pero hay algo que realmente nos está cambiando para bien, que poco a poco ya se están instalando en nuestras vidas, que nada tiene que ver con la más moderna tecnología y que ya casi forma parte del paisaje más urbano de este país: Las bolsas ecológicas del Carrefour. Esas bolsas grandes, verdes y que están hechas de nosequé, que es un material muy resistente. Deberían darle el Nobel al diseñador por el bien que está haciendo a todo el mundo. Son de una capacidad enooooorme y con ellas es casi imposible que la cajera del supermercado nos pueda ganar (como ocurría hasta ahora), son cómodas de llevar y no te cortan la circulación de la mano, no se rompén ni se rasgan cuando metes un pack de yogures, sirven para utlizarlas mil veces o más, las puedes utilizar para llevar trastos a casa de tu madre (esto de llevar cosas a casa de las madres, que levante la mano el que nunca lo haya hecho) y encima, ecológicas. ¿Qué más se les puede pedir?. Son tan buenas que ya tienen competidoras, pero ninguna igual. Os lo digo yo que soy el gran experto bursatil del condado.


Y no me pongo a hablar de internet, porque entonces si que no paro...

martes, 8 de junio de 2010

Madonna

Hay veces que, no sabes porqué ni porqué no, se te instala una canción en tu cerebro y no hay cristo que la baje de ahí. Pues eso mismo ocurrió esta misma mañana que, de pronto, apareció por mi cabeza el "Like a Virgin" de Madonna y ahí está instalada consiguiendo que todas las cosas las haga a su ritmo. Menos mal que, por lo menos, esa canción es un clásico que, de cuando en cuando, se agradece escuchar.

Me puse a buscar la canción en YouTube para compartirla con vosotros y al ver las canciones que allí salían al buscar su nombre me daba cuenta de lo grandísima que es y la cantidad de temas que a lo largo de ya casi 30 años (muy fuerte esto) pudimos bailar y cantar, desde Holiday, Into the groove, Material Girl hasta Vogue, La Isla Bonita, Papa Don't Preach, pasando por unas cuantas más.


A continuación os pongo uno de los pocos vídeos que encontré y que puedo compartir de la diva (por aquello de los derechos de autor) y de mi canción-parásito de hoy. No es la versión que más me gusta, pero tampoco la que menos. Lo que si creo es que es la versión más polémica y todo por un simple beso...


jueves, 3 de junio de 2010

Unos pican....


Ya sabéis que cuando tengo un antojo, vosotros sois los primeros en saberlo (más que nada por si alguien decide hacerme feliz) y hoy tengo uno de los grandes, de esos que tengo que cumplir si o si para no frustrar a esa neurona que se encarga de todas estas cosas, es decir, la número 2 de 2.


Mi antojo de hoy son pimientos de Padrón, de eso que pican...o non, de esos verdecillos que te sirven en una bandeja ovalada de acero inoxidable y que están repletos de sal gorda por encima, de esos que al freír se quedan en nada, como si les sacasen el aire de su interior y de esos que cuando los coges con la mano izquierda (soy zurdo) para llevarlos a la boca y durante el trayecto desde la bandeja se les cae una gotita de aceite, porque los que yo quiero tienen aceite, mucho aceite, al más puro estilo de taberna gallega de aspecto descuidado pero de buena comida. Todo ello acompañado de una buena barra de pan, que los gallegos tampoco lo hacen nada mal.


Y si el antojo fuese en el chiringuito de Playa Canelas, muy cerquita de Portonovo, entonces eso ya sería lo más cercano al paraíso.

miércoles, 2 de junio de 2010

Conciliación


Esta palabra no sé muy bien si es un palabra que ahora está de moda o es que se puso de moda dentro de mi propio vocabulario y forzada por la necesidad.


Los que tenemos niños en edades en los que ellos mismos aún no se autoconcilian, sabemos que hoy en día es una tarea casi casi imposible y que en estas fechas nos ponen los nervios a flor de piel. En unos días los nenes se quedan de merecidas vacaciones a lo largo y ancho de casi 3 meses, cuando sus papás pueden tener o no tener vacaciones que nunca, y en el mejor de los casos, llegarán a 30 días.


Y es en este momento cuando empiezan las familias a hacer estrategias, a intentar apuntarlos en cursos con una lista de espera de 17.000 niños, a buscar de forma desesperada cualquier opción e incluso a sobornar abuelas que, en estos casos, son las verdaderas heroínas del verano (No sé porqué hablo en femenino, cuando también hay abuelos héroes del verano) y todo ello intentado que los niños estén lo mejor posible y sus padres puedan trabajar en las mejores condiciones (conciliación).


Es posible que en este momento haya algún/a cafre pensando aquello de "haberlo pensado antes". Si eres de esos/as directamente te diría que no tienes ni idea de lo que dices y que a veces las cosas son más difíciles de lo deseado, pero eso no significa que las satisfacciones que puedas recibir de tus hijos no sean inmensas.


Vamos, que lo de la coniciliación es muy bonito en la teoría, pero casi imposible en la práctica, que es dónde realmente se necesita.