jueves, 12 de agosto de 2010

Clavos comunes


Hay un par de cosas por las que los seres humanos pagan/pagamos religiosamente un sobreprecio injustificado y que me gustaría que alguien me explicase, porque no lo acabo de entender muy bien.


La primera opción es un menú de boda. Los precios de estos menús cerrados y que se sirven en serie (detalle a tener en cuenta) son una verdadera burrada. Hablamos de 120 €uros por un menú normalito y de nombre rimbombante que no siempre se disfruta. No puedes elegir los platos, no puedes elegir la bebida, no puedes elegir el postre, pero cuesta una pasta. ¿Alguien pensó alguna vez lo que nos costaría comer en el mejor restaurante de nuestra ciudad?. Pues costaría, como poco, la mitad de lo que pagan los novios. ¿Por qué ese sobreprecio cuando el coste es el mismo o incluso menor que el del mejor restaurante de la ciudad?....misterio sin resolver.


La segunda opción es la mesa de la cocina. Nunca lo entenderé por mucho que alguien se empeñe en explicármelo. Una mesa de cocina no tiene nada especial, es de un tamaño menor que el resto de las mesas de la casa, el material con el que está hecha no es nada extraño ni imposible de conseguir (no está hecha de piedras lunares, al menos la mía), el diseño es lo más sencillo que existe y la utilidad la justa, pero el precio una barbaridad. ¿Quién me explica esto? ¿Por qué pagamos 600 o 700 euros por algo tan sencillo y lo hacemos sin rechistar e incluso pensando que nos llevamos un chollo a casa?.


Recientemente yo tuve que pagar por una de estas dos cosas. Premio para quién la adivine...

2 comentarios:

Ricardo Astrauskas dijo...

Diria que la mesa, al que no considero absurdo los altos precios, pues sencillamente no se de mesas, encambio el menu de la comida si lo entiendo, entiendo porque no es mejor cambiar las bebidas, postes y demas, porque es tan poquita, las preparaciones, el tiempo, el trabajo y demas, y por ello estoy contigo y considero que es absurdo e ilogico, pero el que no entiende del tema, tendra que pagar, como yo cuando compre una mesa de cocina.

Mónica Geller dijo...

Apuesto a que pagaste la mesa.
Me parece una pasada el precio, ahora, piensa en el gustazo de comer en ella, creo que hasta la comida te va a saber mejor!!