jueves, 28 de mayo de 2009

Fumando espero...


Yo, que nunca fumé (buuueno, alguna caladita canutera me eché, pero las puedo contar con los dedos de media mano...) reconozco que existen situaciones en las que echarse un pito a la boca es casi fundamental.


Por ejemplo, recuerdo cuando iba al Instituto, entre clase y clase, todos los compañeros salían a fumarse un cigarrete al pasillo (de aquella, que era cuando los seres humanos vivían en cuevas, estaba todavía permitido) y a charlar de lo sucedido (a continuación reproduzco una conversación real mantenida en el año catapún):


- Tío, ¿viste que le dieron las Olimpiadas a Barcelona?

- ¿Qué dices? ¿Y para cuándo?

- Para el 92

- Ufff, de aquí a allá sabe Dios dónde estaremos....


Pues el menda como no fumaba, muchas veces no salía al pasillo y por lo tanto se perdía este tipo de conversaciones y no se enteraba de las Olimpiadas ni de los cotilleos más sabrosos del momento en el recinto estudiantil.


Otro caso reciente me ocurrió en una charla-coloquio que hubo el pasado 20 de mayo en el cole de mi hija (recalco la fecha porque creo que ese día será instaurado en mi calendario como "Día de pasarlo en el cole de mi hija", ya que no es el primer 20 de Mayo que lo paso así, por suerte para mí). Aquello se llenó de chavaletes de unos 15 años que me sacaban 2 cabezas de promedio. El único padre era yo, así que me veo como metido en una escena de "Física o Química" en el que todos me miraban y yo no sabía que hacer para evadirme en ese momento. Si hubiese tenido un pitín pa echarme a la boca y salir de allí...hubiese sido el tío más feliz de este mundo.


Y regresando al pasado más lejano, cuando no existían los móviles y si existían los retrasos injustificados de la persona con la que habías quedado para ir a tomar unas botellas de sidra y reirte un rato y...lo que surja, que para eso éramos más jovenes que ahora. Aquellos retrasos se hacían eternos, te veías en el Parchís más solo que la una, con la sensación que todo el mundo miraba hacia tí, te señalaba con el dedo y se reía del plantón que te acababas de comer. En esos momentos, SI ó SI, hace falta un cigarro.


Y no me olvido del "Pito del Gol", ese cigarro que un buen amigo se fuma en todos los partidos del Sporting y en el que garantiza que antes de que se acabe hay un gol. Él no dice de qué equipo será el gol. Sólo dice que habrá gol antes de que deposite la colilla en el cenicero.

2 comentarios:

Mr Pesk dijo...

Querido Lan, el pitu del gol lo fumábamos al menos 3 pecatorcistas, el del MG, el del whisky amb cola y un servidor... y todavía lo hice este domingo. Aunque reconozco que me fumé por lo menos 10 pitos y solamente marcaron 2 golinos.

Lan dijo...

Tienes razón y pido disculpas por la omisión. El pitu'l gol (no confundir con el Picu'l Sol) no tiene la eficacia garantizada al cien por cien, pero reconozco (y lo digo de verdad) que cuando alguien, a mi lado, fuma el pitu'l gol me ilusiono. Todavía este domingo viví esa ilusión.