domingo, 12 de julio de 2009

Hace doce años...


Hoy se cumplen doce años del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Doce años que para la mayoría de nosotros pasaron volando pero seguro que para su familia han sido como doce siglos.

Aquel suceso fué uno de los más terribles que nos ha tocado vivir y como suele ocurrir con este tipo de noticias impactantes nos acordamos perfectamente de lo que estábamos haciendo en ese momento. En mi caso me tocó vivirlo de una manera muy especial y que me hizo vivir aquello desde un punto de vista algo diferente.

Estaba haciendo un curso de verano de la Universidad Complutense en El Escorial. El curso era de periodismo y radio (aquí debo decir para quien no me conozca que no soy periodista pero si me gusta el periodismo). Eran unos cursos de tres días de duración intensísimos e interesantísimos en los que se aprendían muchas cosas y los programas de radio se hacían en directo desde allí.

Aquella tarde Javier Sardá estaba haciendo su último programa de radio antes de marchar a la tele y en el informativo previo a su despedida salta la noticia: "ETA había secuestrado a un concejal y si en 48 horas no conseguían lo que pedían, sería asesinado". El mazazo en el ambiente fué brutal. El ambiente festivo de aquella tarde quedó inmediatamente sesgado y desde ese momento, como es lógico, toda la prgramación se centró en el suceso.

Esa noche le tocaba el turno al ya fallecido Carlos Llamas y su mítico programa "Hora 25". El programa volvía a basarse en lo mismo y el pesimismo crecía por momentos. Recuerdo que Carlos Llamas (una gran persona) no tuvo reparos en, al acabar el programa, tomarse un par de copas con nosotros, los alumnos, y ahí se abrió de una manera interesantísima. Nos estuvo contando con detalle como había sido la liberalización de Ortega Lara que se había producido apenas una semana antes, nos contó detalles de la operación policial y nos contó como era el zulo en el que lo habían tenido secuestrado y que él mismo había visitado esa misma semana y recuerdo que al preguntarle por el posible desenlace del secuestro de aquella misma tarde contestó de una manera muy sincera: "No hay nada que hacer. ETA lo va a matar".

Por desgracia acertó. Yo me enteré mientras volvía de Madrid conduciendo y me consta que mucha gente se enteró en la misma playa a través de la megafonía. Eran las cuatro de la tarde de un sábado y de lo que estoy seguro es que todos nos acordamos dónde estábamos aquel día del que ya han pasado doce años.

No hay comentarios: