miércoles, 28 de abril de 2010

Apretones de manos


En las últimas semanas estoy descubriendo que hay dos tipos de muestras afectivas: Las de verdad y las de mentira.


Las de verdad son esos abrazos que nunca olvidas, que sientes como te llegan, que te quedan ahí aunque los cuerpos ya no estén abrazados, que te llenan de amor. También lo son esos besos fuertes, sonoros o mudos, pero besos al fin y al cabo. Esos besos que se dan con los labios y que te dejan una buena sensación o esos apretones de manos de verdad, de los que duelen, de los firmes y que tienen un movimiento seco que parece más brusco que cariñoso, pero que tras su brusquedad esconde grandes sentimientos.


Las de mentira son esos abrazos insulsos que parece que quieren evitar el roce, o esos besos que se dan mejilla contra mejilla en los que se debe aplicar la "fotofinish" para ver si hubo contacto físico alguno o lo que es peor: esos apretones de manos en los que te encuentras una mano flácida, de manteca, como si fuese de goma, que no te dice absolutamente nada y que parece que quiere huir de tu lado lo antes posible. Para recibir este tipo de muestras afectivas, la verdad, es mejor no recibir nada.


Desde aquí lanzo un llamamiento para que todas las muestras cariñosas sean de verdad, que desaparezcan las de mentira, que quien me dé la mano lo haga con fuerza, que quien me abrace me destroce la columna y quien me bese lo haga con cariño (me da exactamente igual que me bese un hombre o me bese una mujer, porque ese cariño que transmite será con lo que yo me quede), porque yo lo haré así y porque en estos días me demostrasteis todos que lo sabéis hacer....y además muy bien.

2 comentarios:

amo a laura dijo...

Recuerdo un beso que dí/me dieron hace unos días. Había tanto amor en ese beso que aún siento escalofríos.

Y recuerdo un abrazo que di/me dieron hace un año exactamente en el que la situación fué tal que todavía lloro al recordarlo. Verídico.

elcabronencantabria dijo...

Y, por favor, cuando den la mano miren a los ojos a la otra persona.

Ligando con el post anterior, yo odio a los que dan la mano mirando a otro sitio.