Siempre desconfío de las ofertas. Quizás tenga un trauma infantil, pero no hay oferta en la que confíe. Todas me parece que llevan detrás un "algo" que hace que la oferta no sea pura y esconda algo oscuro que, tarde o temprano, saldrá a la luz.
Estoy casi seguro que este pequeño trauma viene por mi primera compra inmobiliaria. No tenía más de 8 años y había leído en una revista un anuncio en el que se vendían todo tipo de cosas. Eran aquellos anuncios que ocupaban una página entera, normalmente la última, y entre los productos ofertados estaban unas estupendas gafas de rayos X y unos seres marinos muy monos que se instalaban en tu pecera y hacían allí su vida. ¿Recordáis este tipo de anuncios?.
Pues en unos de estos anuncios encontré la "casa de mis sueños". Vendían a un precio interesante una estupenda cabaña de troncos canadienses que según el dibujo (estos anuncios no tenían fotos, sólo dibujos) tenía hasta chimenea. Yo me imaginaba viviendo en esa cabaña que iba a instalar en la terraza de mi casa y realizando allí mi vida alejado de la gente en los momentos en los que necesitaba estar solo y leyendo un libro al calor de la leña ardiendo. No dormía pensando en la cabaña y un buen día llegó el cartero con ella. Yo esperaba una empresa de instalaciones especializada con quince operarios al frente, pero el que vino era el cartero, el solito con su bolsa al hombro (antes no llevaban carrito). Y es que en el anuncio se olvidaron de incluir un pequeñísimo detalle: La cabaña de troncos de madera de Canadá no era en realidad de troncos de madera ni de Canadá ni de la maderera gallega sino de cartón fino con troncos mal dibujados, igual de mal dibujados que la chimenea e igual de bien dibujado que la palabra "PRINGAO" que pusieron los de aquella empresa de estafas a domicilio junto a mi foto. Vamos, que me la metieron totalmente doblada y no sería la única vez.
Por cierto: todo esto vino a mi cabeza porque esta mañana pude ver en el escaparate de una cafetería una oferta del 5 % para las consumiciones realizadas por parados, jubilados y funcionarios. Eso si, a los autónomos que nos parta un rayo. ¿Alguna vez visteis una oferta más cutre?. yo, pocas veces.
Un día os cuento cómo conseguí mi primer teléfono móvil.
1 comentario:
A los funcionarios les metía yo un 15% más.
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