jueves, 20 de mayo de 2010

Vaya lío


A lo largo y ancho de nuestra vida tenemos que tomar decisiones de una manera casi continuada. Decisiones que unas veces son tan fáciles de tomar que pasan completamente desapercibidas como pueden ser las rutinarias: "Hoy decido que voy a trabajar en vez de quedarme en la cama" u "Hoy decido que voy a comer lentejas en lugar de comer un cuarto de libra con queso y doble de patatas que es lo que realmente me apetece".


Pero es que también hay que tomar decisiones que se complican por momentos y que se complican por factores externos como puede ser la propia educación de cada uno, el temor a que esas decisiones puedan afectar a terceras personas que no tienen la culpa de nada, el miedo a equivocarse o a que te digan NO (típico temor del enamorado, que a veces prefiere vivir con el temor antes que con la decepción). Son decisiones que te marcan de una manera más profunda y que por ellas puede variar tu vida de una forma muy sustanciosa, para bien o para mal.


Y todo esto lo digo porque ahora me veo en una situación en la que tengo que decidir. No es nada serio, pero si es algo que puede hacer que mi vida sea más cómoda o más incómoda. Lo bueno de esta decisión es que, tome la que tome, seguiré siendo igual de feliz o infeliz. Lo malo, que si la tomo perjudicaré a alguien, pero yo me pregunto: Si fuese al revés, ¿ellos pensarían en mí?..


Y vosotros diréis: ¿A mi que me importa todo esto?...



AVISO: La decisión es importante, pero no demasiado. Que nadie piense cosas extrañas ni que voy a hacer una barbaridad, que nada más lejos de la realidad.

2 comentarios:

Objetivo Birmania dijo...

Uhhh! Vaya lío! Los amigos de mis amigas son mis amigos!

No sé porqué se enfada Isabel si llamo a su novio y quedo con él ... y sube a verme con dos copas de más y me persigue luego por todo el sofá....

(Ponle música y todo será más fácil...)

Mónica Geller dijo...

Yo, la Srta. "Indecisa" no soy la más adecuada para dar consejos en este tema. Pero piensa la de veces que, por no tomar en su día esa decisión por miedo a hacer daño, a la larga nos planteamos si realmente hubiésemos perjudicado tanto al otro... y ahora no tiene solución y nosotros nos hemos llevado la peor parte... eso sí, con la conciencia bien tranquila.

Yo me pregunto eso muchas veces: ¿Hubiera el otro hecho eso mismo por mi????

En el fondo, decidas lo que decidas, es una CUESTION DE CONCIENCIA: si, a cambio de tu felicidad, vas a dejar de dormir pensando en la infelicidad del otro...