sábado, 20 de junio de 2009

Besando el suelo


Ayer me caí en la calle (en estos momentos me pongo colorado) y la verdad es que cuando uno se cae en la calle se producen una serie de sensaciones inmediatas extrañas como esa en la que rápidamente piensas que todas las personas que conoces están viéndote, señalándote con el dedo y riéndose con sonoras carcajadas dándose codazos los unos con los otros. O esa en la que notas como tu cara adquiere un tono rojizo intenso incapaz de remitir. En ese momento lo que más deseas del mundo es que todo vuelva a la normalidad y, salvo lesiones, intentas batir el record del mundo de levantamiento de cuerpo inmediato consiguiendo que la reposición sea como 3 veces más rápida que la caida en sí para que, con toda dignidad, sigamos el camino como si nada hubiese pasado.

Pero lo que me preocupa gravemente es que la caida se produjo en la zona que los gijoneses llamamos "Puerta de la Villa" (lapuertalavilla de toda la vida) y me preocupa porque hace unos meses se producía un hecho similar en la misma zona, a escasos 10 metros del lugar donde ayer besé el suelo y me quedé mirando pa La Meca, con lo que la "puertalavilla" pasará a ser considerada como mi particular triángulo de las Bermudas gijonés, ya que cada vez que lo atravieso me ocurre algo.

En aquella ocasión (la de hace unos meses) llevaba a mi hija en brazos y pegué un resbalón. Mi pensamiento en ese momento era que a ella no le pasase nada, con lo que la abracé fuertemente y caí de culo (para que me entendáis), dejándome la espalda y la rabadilla pero consiguiendo, eso si, que ella saliese ilesa e incluso riendo y pensando que estaba en Port Aventura. También en aquella ocasión quería estar solo y que nadie de los que por allí deambulaban me conociesen y, a priori, lo conseguí peeeero, y aquí viene lo grave, a los dos
días recibo una llamada de una conocida que me dice que me vió caer, que ella estaba metida en un coche y parada en el semáforo y vió toda la jugada en la que casi me desnuco.

Todavía a día de hoy pienso que la cabrita podía haberme ayudado, podía haber bajado del coche en el que estaba comodamente sentada, podía haberme preguntado si estábamos bien...pero no. Como estaba lloviendo....igual fastidiaba su peinado....

1 comentario:

OCLE dijo...

Pues ya sabes ... en patines y un botiquin de la Srta Pepis en la mano.