...de las vacaciones más cortas de la historia (de mi historia, para ser justos), y no me refiero a que sea la vez que menos tiempo haya estado fuera de casa, sino a que se me han hecho cortísimas, prácticamente fugaces. Pero la realidad es que en estas vacaciones, además de tomar el sol y descansar merecidamente, pude realizar una serie de estudios interesantísimos que plasmo a continuación:
- El cuerpo humano es capaz de asumir en una semana una cantidad ingente de colesterolazo del malo y a base de bien. Desayunos compuestos de chistorra frita, panceta a la plancha con su grasilla rebosante, crepes recién hechos, salchichas de frankfurt tamaño europeo y todo lo malo que se os pueda ocurrir. Puro placer.... culminado con un poco de fruta, eso si, para disimular.
- También pude comprobar que el cuerpo humano soporta tantas piñas coladas al día como sean necesarias. A mí me las ponían allí y yo no iba a decir que no.... A ver quién es el guapo que dice NO a semejante manjar.
- Existen personajes en este tipo de hoteles (me refiero a los todo incluido) que al llegar solicitan al departamento de cirugía del hotel que les añada de manera inmediata un vaso en su mano derecha y con ese vaso se pasean durante toda su estancia, rebosante a poder ser. De hecho, al llegar nosotros a la recepción, lo primero que vimos fué a un individuo de nacionalidad extranjera desconocida con una vaso repleto de alguna bebida alcohólica. A lo largo de la semana nos cruzamos con él en múltiples ocasiones ...siempre con su apéndice en forma de vaso. Y adivinen quién fué la última persona que vimos al marchar del hotel... Efectivamente!!!, a Mister Priva (así fué rebautizado). Estoy empezando a pensar si era real o era una aparición misteriosa de esas que salen en las pelis de miedo y que al rato desaparecen sin dejar rastro.
- Que el que suscribe y, por lo que pudo comprobar, alguno más cada vez le hace menos gracia montar en avión y estoy convencido que gran parte de este "respeto" se debe a las incomodísimas medidas de seguridad que ya te empiezan a poner nervioso una hora antes de subir al avión: Que si quita el cinturón, que si las monedas, que si la mochila, que si el reloj, que si pita o no pita. Y luego en el vuelo, que si tormenta, que si quitamos o ponemos el cinturón, que si las mascarillas, etc. De ahí que al aterrizar la mitad del pasaje (entre lo que NO me incluyo) se arrancase en un aplauso voluntario como si hubiésemos llegado de una misión complicadísima de la NASA. Y eso que el vuelo no fué nada malo. Más bien todo lo contrario. En fin...
Volveré...vaya si volveré!!!!
PD: El hotel nos lo recomendó una buena amiga y buena lectora de este blog. Es el segundo año que voy y debo decir que si el año pasado ya me gustó, este me pareció aún mejor. Un sitio muuuuy recomendable, eso sí, para ir con niños, ya que ellos allí disfrutan como nadie. Paisaje impresionante, playas con aguas cristalinas y además me consta que esta opinión es generalizada con una relación calidad-precio excelente y con un sevicio amabilísimo que, por desgracia, no abunda por estas tierras norteñas.
2 comentarios:
Huyy que rico que es pasear
Pero ya que esta tan bien, dejanos que hotel/sitio era, no?
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