martes, 3 de noviembre de 2009

Malas Caras


Desde hace mucho tiempo tengo claro que puedes ir al mejor restaurante del mundo para degustar el plato más exquisito del planeta que como te toque un camarero imbécil saldrás de allí con la sensación de haber estado en el peor sitio del planeta.

Y es que ese pensamiento lo puedo llevar yo hacia una cafetería en la que, de vez en cuando, suelo tomar un café previo a mi jornada laboral. Lo atiende una chica que fea no es, pero tiene una expresión tan poco agradable que ya casi te da miedo pedirle algo. Es casi imposible que te responda a un saludo, no tiene ni idea de lo que hay que responder cuando alguien dice "gracias" y cuando te pone el café parece que acabas de asesinar a su padre por la inexpresiva cara que te pone.

Pensaréis, y con mucha razón, que porqué voy allí a tomar el café, siendo España uno de los paises que más establecimientos hosteleros per capita tiene en el mundo y la verdad es que no se qué responder. No es un sitio especial, es una cafetería corriente y moliente como puede haber 7 millones de ellas, el café no es bueno y te destroza la garganta de lo caliente que lo ponen, el amibente deja mucho que desear, pero yo sigo entrando. Es como si una fuerza invisible ejerciese sobre mi una presión imperceptible que me obliga a entrar en contra de mi voluntad. Mi mente dice NO, pero mi cuerpo se ve sentado en la barra de ese lugar creando un conflicto psicológico al que no puedo hacer frente sin la ayuda de un profesional.

Intentaré no volver, al menos mientras esa chica no cambie sus modos, pero es que eso ya lo dije taaantas veces... . Me siento como esas personas que se sienten mal con sus parejas, que las quieren dejar a toda costa, pero que no pueden y a la mínima acaban nuevamente entre sus brazos. Así me siento.

Por cierto y por si alguien tiene curiosidad: La cafetería a la que me refiero es la misma que el año pasado (lo recordaréis) ganó el prestigiosísimo Concurso al Peor Pincho de Tortilla de Patata del Mundo. Vamos, una joya de lugar.

1 comentario:

OCLE dijo...

No sé si alguna vez oiste hablar de algo, sin importancia, q se llama masoquismo.
Haztelo mirar.