miércoles, 29 de septiembre de 2010

Huelga por obligación

Me imagino que a nadie sorprenderé si le digo que hoy está convocada en mi país una jornada de huelga general y me imagino también que a pocos les llamará la atención el hecho de saber que si la gran mayoría de tiendas y comercios están cerradas no es precisamente por voluntad propia. No soy yo quien para hablar de lo que hacen o dejan de hacer los demás, pero si para contaros lo que opino, que se puede compartir o no, pero siempre de manera tranquila, sosegada y sin intención de ofender a nadie.

Es por ello que quiero dejar claro que hoy no trabajo y no trabajo porque mi medio de vida es un comercio, un comercio como esos comercios que estos "defensores de los derechos laborales" ven abiertos y obligan a cerrar bajo amenazas, de esos a los que le rompen una cristalera (que cuesta una pasta y que no cubre el seguro) simplemente por el hecho de no pensar como ellos, y de esos que estarían hoy abiertos con normalidad sino fuese porque este tipo de acciones te obligan a hacer algo que NO quieres hacer.

Nunca entenderé porqué hay que respetarles a ellos pero ellos no respetan. De verdad, que pena me da todo esto...

lunes, 27 de septiembre de 2010

Puntualidad Británica


Juro por lo más querido que esto que os voy a contar ahora ocurrió de verdad hoy mismo, hace poco más de dos horas.

Tenía que llamar al centro de salud para pedir cita con la pediatra de mi hijo pequeño (la cita era para él, pero como aún no sabe hablar decido llamar yo en su nombre). La llamada la hago, exactamente, a las 18:59 y cuando la "amable" interlocutora contesta a mi llamada le digo, siempre por favor, que quiero pedir hora para mañana. La señora o señorita (dato que poco importa) me dice que lo siente pero las citas sólo se pueden pedir hasta las 19:00 y hasta mañana no podré hacer nada. Sin dar crédito a lo que escucho, le pregunto si eso que me está diciendo va en serio y me dice que si, que a partir de las 19:00 tienen que hacer "otros trabajos" y ya no reservan citas. Le digo, ya en plan serio pero sin enfadarme, que son las 18:59 y ella me dice que según su reloj son las 19:00. Le pregunto si no me puede atender por algún tipo de limitación técnica (puede ocurrir que el ordenador cierre citas a las 19 o'clock y en realidad, aunque ella esté deseando darme la cita, no se pueda hacer nada) pero me dice que no es por eso sino que es por que son las 19:00 y no hay vuelta atrás. Le digo directamente que no me puedo creer lo que estoy oyendo y es en ese momento cuando accede a darme la cita, no sé si pensando que era realmente ridículo lo que estaba diciendo o convencida de que haciendo eso llegaría a su casa y podría presumir delante de sus familiares de la jornada agotadora que tuvo hoy al tener que trabajar fuera de su horario.

No entiendo ni entenderé jamás la actitud de este tipo de personas. Es gente que le cuesta mucho, muchísimo hacer algo para que la vida de los demás sea algo más fácil. Es gente que no teme por su puesto de trabajo y eso les hace estar en una especie de pedestal imaginario desde donde son felices controlando como el resto de los humanos tenemos que movernos al son de su música. Gente que protestará bien alto cuando sean ellos los "mal atendidos" y, en definitiva, gente que, a mi entender, no merece su puesto de trabajo. Así de claro.




jueves, 23 de septiembre de 2010

La Esteban "pal hemiciclo".

Psssst. Me llega un chivatazo de una fuente totalmente fiable que me dice, ATENCIÓN, que si Belén Esteban se presentase a las elecciones de 2012 como cabeza de lista de una formación política conseguiría ser la tercera fuerza política del país por encima de CiU, IU, UPyD y quién sabe, incluso, si se convertiría en pieza clave para formar gobierno. ¿Cómo se os queda el cuerpo?.

Para empezar yo le propongo que funde el M.A.T.O. (abro concurso de ideas para poner nombre a estas siglas) y que entre sus afiliados no se olvide de Paquirrín, Dinio, Yola Berrocal, Pozí, Lara nosequé, Jaime Ostos Sr. & Jr., etc., etc. y etc.

Sería divertido y está claro que al pueblo llano, que somos los que votamos, nos va la marcha y sino que se lo pregunten a Cicciolina que salió elegida diputada en Italia, o al Chikilicuatre que nos representó en Eurovisión (ese gran festival) por aclamación del pópulo, o como aquella vez, esto ya en plan más local, que en mi clase de tercero de BUP elegimos como delegado a alguien que no existía pero que nos inventamos para hacer la gracieta.

También sería divertido ver como la diputada Esteban intervenía durante 2 horas y media con su discurso en el debate sobre el estado de la nación o pactaba los presupuestos generales con el partido gobernante para que sean aprobados sin mayor problema.

Sus mítines de campaña serían maravillosos con sus gentes coreando aquello de “Andreita, cómete el pollo” (hay una versión de Los Morancos de esto que es espectacular), o la frase que da nombre a su partido: “Yo, por mi hija, MA…TO”, rompiendo en un tremendo y voluntarioso aplauso por parte del público. ¿No os lo imagináis perfectamente?. Guau…si es que me emociono y todo.

Y los carteles de la campaña. ¿Alguien pensó en cómo serían?. Habría un modelo con esa mirada veneciana que sólo ella sabe poner y otro modelo mucho más familiar y cercano en el que saldrían ella y su hija en pose cariñosa, pero con la cara de la niña pixelada para evitar disgustos. En este último cartel se estudia la incorporación de Fran, pero eso es algo que en estos momentos se está negociando.

Aunque todo esto pueda sonar a chiste, yo empezaría a preocuparme, que si los de “Sálvame” empiezan a mascar la idea tiran “palante” como está mandado y que nada se ponga por medio, que lo derriban sin piedad. Sólo el tiempo nos dirá la verdad.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Nomenclatura


Me habían llamado muchas cosas. Me llamaron por mi nombre, me llamaron por mi primer apellido, me llamaron por el segundo, me pusieron motes, me llamaron por nombres que en nada se parecen al mío, me llamaron guapo, me llamaron feo, me llamaron listo, me llamaron tonto, me llamaron sin decirme nada (sólo con la mirada), me chistaron, me llamaron emitiendo sonidos guturales, me llamaron “señor” consiguiendo así que me dé cuenta de que soy más mayor de lo que en realidad pienso, me llamaron con nombre de mujer (esto un día os lo tengo que contar porque tiene delito), me llamaron y me llaman “chuli” cuando voy a comprar el pan (se lo dice a todos), me llaman “campeón” cuando voy a comer mollejas, me llaman “repunante” (sin g) cuando alguien me sienta en su mesa para comer por primera vez (y por segunda, y por tercera, y …),

…. Pero “chori” (CHOOOORI ¡!!!!) nunca jamás me lo habían dicho….hasta hoy. Hoy me llamaron “chori”, eso si, con cariño.

lunes, 20 de septiembre de 2010

73 kilometros y 10 metros


Hace años, algunos años, decidí que algún día en mi vida tenía que ir andando desde Gijón hasta Covadonga. Tras varios intentos en los que no conseguí ponerme en marcha, el sábado pasado, a las seis y veinte de la mañana y desde la puerta de "El Chabolu", este que os escribe y otros 3 amigos comenzamos la larga caminata. Por su parte, el día anterior ya habían salido otros 3 con los que nos reuniríamos la noche del sábado para hacer todos juntos la última etapa, la que nos llevaría a uno de los lugares más bonitos de nuestro país. Empezaba con mucha ilusión y, aparentemente, en un buen estado de forma física. La ilusión no se fue en ningún momento pero lo de la forma física ya sería otro cantar.


05:00 - Suena mi despertador. Me da pereza levantarme (como casi siempre) pero por otra parte tengo una ilusión que no me cabe en el cuerpo. Me ducho, desayuno fuerte y me preparo bien para lo que me espera por delante.


06:10 - Quedamos los cuatro en una calle que está a unos 500 metros de mi casa. dos de ellos nos recogen a los otros dos en un taxi que ya nos puso las pilas. Era un taxi algo macarra, con lunas tintadas y una pantalla de unas 15 pulgadas colgando del techo donde nos obligaban a escuchar a Eminem a un volumen que casi dificultaba nuestra comunicación. El taxi nos lleva hasta "El Chabolu", lugar que la mayoría ya conocéis.


06:21 - Nos hacemos una foto que deje constancia de la salida y empieza la ruta. Es de noche cerrada, lo que para mí le da un encanto especial. Por supuesto no se percibe vida humana y sólo se escuchan nuestras voces y nuestros pasos. Está lloviendo de manera muy débil y comienzan las cuestas (tonterías comparadas por lo que nos quedaría por ver).


Nos quedaban por delante 50 kilómetros hasta Llames de Parres, donde nos reuniríamos con los que iban delante y donde dormiríamos esa noche. 50 kilómetros que, para mí, no se hicieron ni largos ni cortos, sino lo justo. 14 horas de ruta, con sus paradas para un breve descanso en Peón, para desayunar (de nuevo) en Amandi, para tomar una botella de sidra en Breceña, para comer un bocadillo de chorizo frito "de casa" en un bar de Anayo, para disfrutar de una vista impresionante pasado Millares y para hacer unas fotos en la "pancarta de último kilómetro", justo antes de comenzar la última subida hasta el lugar donde ya pararíamos para, por este orden, ducharnos, tomar una copa, ver empatar al Sporting, cenar, dormir muy bien, ducharnos, desayunar pan tostado con mermeladas caseras, escuchar el mitin de la dueña de la casa que nos cobijó y de nuevo mochilas al hombro para afrontar, a las 8 y media de la mañana, los 23 kilómetros que nos quedarían para llegar a la meta final.


Esos 23 kilómetros fueron especialmente bonitos. Personalmente le tengo muchísimo cariño a toda esa zona y cada vez que estoy por allí la disfruto muchísimo. Además ya estábamos los siete caminando juntos (aunque luego se formarían tres grupos claramente diferenciados por diferentes motivos) y el tiempo no pudo ser mejor. Por cierto, grandísimo recuerdo tengo del culín de sidra que me ofrecieron justo antes de la entrada en Covadonga, a eso de las 13:40, en el momento en el que empieza la última subida hacia la Gruta y la Basílica. No sé si era el momento o el líquido en si, pero temo que sea la mejor sidra que haya probado en mi vida.


Fueron 36 horas de puro disfrute, de estar con los amigos y reír, de ver paisajes alucinantes, de comer eso que nos encanta comer en este tipo de situaciones, de conversaciones, de planes de futuro, de las típicas tonterías que sólo se dicen en este tipo de encuentros y que a nadie le haría gracia escucharlas porque sólo tienen gracia en un determinado contexto. 36 horas de subidas y bajadas, de llano, de asfalto, de monte, de barro, de agua, de ríos, de lluvia y de sol. 36 horas que recomiendo a todo el mundo y aunque tuve la mala suerte de contar con dolorosas ampollas desde las 2 horas de ruta que condicionaron de una manera muy seria el resto de la travesía, en ningún momento perdí la ilusión ni se me pasó por la cabeza abandonar...


De verdad, una buenísima experiencia que me vino en el momento justo y que, ahora, una vez que me voy recuperando, ya tengo ganas de volver a repetir. Soy feliz por haberlo hecho.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Camín a Cuadonga



Este fin de semana tengo planes. Desde hace unos cuantos años se me metió en la cabeza la idea de ir andando desde Gijón hasta Covadonga (78 kilómetros si no me equivoco) y lo quiero hacer ya mismo, entre el sábado y el domingo.


Es algo que me hace mucha ilusión hacerlo, una especie de reto al que ahora se le añade la dificultad climatológica y que me va a venir muy bien por muchas cosas. En primer lugar podré disfrutar de una parte de mis amigos más cercanos y eso siempre es de agradecer. Me encantaría que en esa caminata estuviésemos todos, pero diferentes motivos hacen que eso no sea posible. También podré disfrutar de unas cuantas horas de tranquilidad para mi cabeza y eso será fundamental. Habrá gente que piensa que exagero cuando digo este tipo de cosas pero, creedme si queréis, la necesito mucho (la tranquilidad). Y me oxigenaré, que tampoco sobra.

Me gustaría poder haceros partícipes a traves de este blog de todos los pasos que daré desde las cinco de la mañana del sábado, que será cuando suene el despertador. Me gustaría escribir un post el mismo sábado desde el hotel donde pasaré la noche y me gustaría hacerlo también durante la comida del domingo en Benia de Onís y con la que se dará por terminada esta excursión, pero no lo podré hacer por motivos logísticos (lo siento mucho, pero no voy a ir cargando con el portátil a mis espaldas durante casi 80 kilómetros de subidas y bajadas), pero si prometo un extenso resumen el mismo lunes con todo lujo de detalles....


martes, 14 de septiembre de 2010

El Aire De Los Recuerdos


Hace tiempo que no escribo y ello lo achaco fundamentalmente a un par de cosas: Por una parte está el tremendo cansancio que me está invadiendo en los últimos días y que es, para ser más exactos, un cansancio físico mezclado con cansancio psíquico del que ya os hablaré en otro post. Por otra parte está que tengo, desde hace algunos días, algo para contar pero no acabo de encontrar la manera de expresarlo de una manera que se pueda entender. En mi cabeza lo entiendo, pero no encuentro las palabras que faciliten que salga de ella. Así todo lo intentaré (luego ya me mandáis al carajo si os apetece).



Y es que, en este año tan intenso que me está tocando vivir, están sucediendo muchas cosas (algunas buenas y otras malas). Cosas que un segundo después de que hayan pasado ya se convierten irremediablemente en recuerdos y que son recuerdos que se levantan por el aire (el aire de los recuerdos) como cuando sacudes una manta polvorienta y puedes ver las motas flotando en el aire mientras las atraviesa un rayo de luz. Son motas que están en el aire, que terminarán posándose y que, tarde o temprano, desaparecerán cuando alguien pase una gamuza por el lugar donde se hayan posado.



Y algo así es lo que me está pasando con los recuerdos. Tengo muchos, muy intensos y son tantos que sólo la perspectiva que me está dando el tiempo me permite ir analizándolos poco a poco y me permite descubrir lo importantes que son para mí todos y cada uno de ellos, sean buenos o malos, me hayan traído alegrías o tristezas.



Y esos recuerdos se van ya posando en la superficie para ser limpiados pero yo no quiero que nadie pase la gamuza que los borrará porque quiero que se siempre se mantengan ahí, en el aire de los recuerdos, donde yo los pueda ver...

martes, 7 de septiembre de 2010

Canciones que despiertan mi ira.


Hay una canción, definida por muchos (incultos) como “la canción del verano” y que tiene la dudosa y mágica capacidad de ponerme de muy mal humor cada vez que la escucho. Por desgracia la escucho casi todos los días y varias veces porque la ponen en todos los sitios a los que voy. Oye, que vas a hacer la compra y allí está sonando. Que vas al dentista, la cancioncilla en el hilo musical. Que estoy desayunando y la cancioncita de marras martilleando mis tímpanos a ritmo de croissant. Y es que no la soporto. La canción no es otra que la cutre-versión que “nosequiénnimeimporta” hace del clásico de Renato Carosone “Tu Vuò Fa' L'Americano” y cuyo vídeo no pienso poner en este blog porque sería una tremenda tontería por mi parte.

Que conste que siempre fui bastante tolerante con la música entendiendo que hay que respetar todos los gustos y que lo que no me guste a mí no tiene porque no gustar al resto, pero es que en este caso me supera y cada vez que la oigo mis piernas empiezan a moverse de manera automática...pero para ir hacia la puerta y marchar de allí lo antes posible.

No es la primera vez que me pasa esto de odiar una canción. Hace muchos años también me pasaba con el famosísimo y ya nombrado en este blog "Devórame otra vez". Cada vez que escuchaba aquella canción me invadía un sentimiento por todo mi cuerpo que luego no era capaz de levantar cabeza durante semanas. Luego terminé acostumbrándome y puede superarlo hasta el punto de bailarla a un ritmo que en nada envidia al de Lalo Rodríguez.
Por supuesto nada tienen en común ambas canciones ni los sentimientos que en mi despiertan, pero si es cierto que la dos, cada una por su motivo, sacaban lo peor de mi.


¿Me estaré haciendo mayor?


viernes, 3 de septiembre de 2010

De mayor quiero ser...


Hace tiempo os hablaba de esos trabajos que no hacemos pero que, en el fondo, nos gustaría hacer y aquello dio lugar a uno de los posts más animados que tuvo este blog en lo que a comentarios se refiere. Hoy voy a dar una pequeñísima vuelta de tuerca a ese tema y os diré otros trabajos, pero sólo comercios y de cara al público en los que me gustaría trabajar aunque sólo fuese por un día. Allá voy:



Vinatería: Me encantaría y sería feliz trabajando en una pequeña vinatería, con mucha madera en su decoración y luces indirectas, con un fondo musical suave tirando a bosanova, con copas de cristal impecables, vestido con un mandil en tono burdeos o negro y recomendando a los clientes algún caldo para que puedan disfrutar de ese momento. Allí surgirían, seguro, buenas conversaciones y aprendería mucho, muchísimo, que buena falta me hace.



Farmacia:
Y poder abrir esos inmensos cajones donde tienen perfectamente ordenadas todas las medicinas. llevar una bata blanca con mi nombre bordado, atender las consultas de los clientes, envolver los medicamentos con ese papel finito y casi transparente que utilizan y cortar los códigos de barras con un cúter para pegarlos en las recetas…, hacer guardias nocturnas (esto lo digo muy en serio). Ayyy, lo pienso y casi me emociono.




Panadería:
Pero de las de verdad, no de las de ahora que ya son casi franquicias. De las que tienen las barras almacenadas en cestas de mimbre forradas con una tela de cuadros rojos y blancos. De las que tienen el obrador allí mismo y que además tienen bollos de cuernos, pan de leña, cuartos y medios. De las que huelen maravillosamente bien y que sirven leche en bolsa… y de las que tienen los donuts junto al cajón de las monedas.




Supermercado (zona de cajas):
Esto es puro masoquismo y es por aquello de sentirme superior a los demás. Humillar a mis siervos clientes y obligándoles a embolsar muy rápido sino quieren ser derrotados. Pasar productos por el lector rojo, escuchar el bip y dejarlos junto a las bolsas mientras pienso “los vi más rápidos” y esperar tranquilamente mientras terminan de embolsar porque yo ya terminé hace un buen rato mi labor (salvo que trabaje en Mercadona que entonces ayudaré yo a embolsar para ganar tiempo). Por cierto, ayer en cierto supermercado del que no diré su nombre pero que acaba en ...SKI, la cajera me humilló aún más. En su política de no dar bolsas me dijo claramente que me dejaba dos bolsas y que si necesitaba más que le podía pedir otra. Yo me quedé embolsando la enorme compra en dos minibolsas mientras ella, que ya había terminado de pasar los productos por la caja hacía un buen rato, no movía ni un solo dedo para intentar ayudarme. Muy agradecido por su labor y acordándome mentalmente de su madre decidí no darle ni un céntimo hasta que todo estuviese bien colocadito en esas tres minibolsas que me dio la "simpática". Si es que el mundo está lleno de gente mala...




Os toca, ¿en qué comercio os gustaría trabajar?

jueves, 2 de septiembre de 2010

Ataques de ansiedad

Es muy importante que antes de leer este post que observéis detenidamente este vídeo...




Este chico, el del vídeo, sufre algo tan injusto y tan incomprendido por gran parte de la sociedad como es un ataque de ansiedad, uno de los males más comunes y por los que una persona puede llegar a experimentar una de las sensaciones más horribles que haya experimentado jamás en su vida.


Los ataques de ansiedad son como los hijos, que realmente es imposible que sepas lo que se siente hasta que tienes uno y es completamente imposible que alguien que no los ha tenido nunca llegue a comprender lo mal y la situación límite que se puede llegar a vivir cuando sufres uno (ataque de ansiedad). Crees y te convences de que ahí se acaba todo, miras hacia el futuro y no lo ves, respiras con dificultad, piensas cosas terribles y lo peor, te deja miedo, mucho miedo que es muy difícil sacar.


Hay gente que no los comprende, gente que cree que la persona que está teniendo uno está exagerando, gente que piensa que el mejor remedio para ellos es tomarse una tila, pero no. No son de fácil solución y el mejor consejo y apoyo que puede recibir una persona que tenga la desgracia de padecerlos es acudir a un especialista en la materia y no tener vergüenza por hacerlo o por medicarse para ello, que es lo más normal de este mundo y tiene solución. Vaya si la tiene.


Volviendo al vídeo me impresiona el compañerismo desde el banquillo, ese hombre que no para de darle apoyo mientras le dice al entrenador que no lo cambie para no hundirlo, confiando en él y anteponiendo, como no podía ser de otra manera, la salud de su compañero al resultado del partido que, realmente, qué importancia tiene.


Yo pasé por algo parecido y lo superé sin ningún tipo de secuela (ya pasaron unos cuantos años). Desde aquella experiencia siempre tuve muy claro que apoyaría y ayudaría en lo posible a aquellas personas que estuviesen en algo parecido y que nadie dude que lo haré, porque lo mal que lo pasé no se lo deseo a nadie y tengo muy claro que se puede superar, como también tengo muy claro que cualquier persona es carne de cañón y en el momento menos esperado.

Si estás en una situación similar no tengas duda que saldrás hacia arriba y que llegará el momento en que todo lo recordarás como una horrible pesadilla....pero de la que despiertas. Ánimo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

1 de septiembre


06:15.- Suena el despertador y un sentimiento de "no puede ser" invade mi espacio interneuronal. Obligo a mi cuerpo a levantarse casi de inmediato porque si lo hago de una manera más pausada existe riesgo real de volver a caer en los brazos de Morfeo y esta vez con pocas posibilidades de "recobrar la vida".

06:20.- Empieza mi rutina diaria. Preparo café, preparo biberón, me voy integrando en el día y e este momento soy incapaz de ingerir cualquier tipo de alimento. mi estómago está completamente cerrado.

06:40.- Hora de la ducha, que no es lo mismo que una hora de ducha. Omito detalles.

07:00.-
Ya tengo hambre. Mi estómago acaba de abrir sus puertas y es saciado con un colacao calentito, un poco de pan, algo de jamón y algo de queso. No será la única vez que desayune a lo largo de la mañana, ya que a eso de las once mi cuerpo pedirá más y sino se lo doy me maltratará. No será un desayuno completo sino un pequeño tentempié que consistirá en....aún no lo sé.

07:20.- Me doy cuenta de que hoy es 1 de septiembre y paso de poner cualquier tipo de informativo en la televisión. Todos y cada uno de los unos de septiembre que me tocó vivir aparece la típica noticia de la "depresión postvacacional", de la vuelta al trabajo y se complementa con declaraciones absurdas de algunos afectados. De verdad, si tenéis tiempo y ganas, poned uno de esos informativos y escuchad las palabras de los afectados porque no suelen tener desperdicio. Pasan casi siempre desapercibidas para nuestros oídos, pero haced un esfuerzo y veréis como hay gente que es capaz de no decir nada con unas cuantas palabras.

08:00.-
Mi hijo pequeño, que el viernes ya cumple un año, empieza a inquietarse y quiere desayunar. Procedo a darle el biberón que hace casi dos horas que tengo preparado y muy agradecido me regala una enorme sonrisa que yo recibo con gran placer. Que bonito es recibir sonrisas, ¿verdad?.

08:30.- Me voy a trabajar. Siempre corriendo que es algo que odio y que me condiciona para el resto del día, siempre con miedo de llegar tarde y siempre pensando que ante el más mínimo contratiempo llegaré tarde y eso no me gusta. Me doy cuenta, de nuevo, de que hoy es día 1 y por lo tanto habrá caras tristes por la calle, gente de piel tostada que vuelve a su rutina que les aclarará el tono conseguido en el duro mes de agosto, personas lamentándose de su desgracia porque ya no podrán hacer lo que más les apetezca y encima cobrando a final de mes, gente que en realidad no es muy consciente de su situación y que deberían dar gracias al cielo y a la tierra porque el día 1 tengan que volver a trabajar. Recordad que hay gente que no trabaja y recordad que algunos que trabajamos no tuvimos ni un solo día de vacaciones, así que hoy no permitiré a nadie que se lamente por esto. Se siente.


Buenos días.