Alejandro Sanz acaba de sacar un nuevo disco y yo eso no lo llevo nada bien. Y no lo llevo bien no porque no me guste la música de este madrileño de casi 41 años ni porque me caiga ni mal ni bien. No lo llevo bien por lo que conlleva.
Y es que no me gusta nada que el famoseo ofrezca dos caras totalmente opuestas y que están separadas por una delgada línea que se llama negocio. Hablo de Alejandro Sanz porque es el que ahora toca, pero esto se puede vivir con casi cualquiera que pertenezca a este mundo. Como toca promocionar disco es el momento de ser simpático, de reir todas las gracias, de aparecer en todo tipo de eventos, de hacer tournée por todas las cadenas de radio y por todos los programas de televisión, de aparecer en todos y cada uno de los medios escritos, de ser agradable, de mostrar la mejor dentadura y de olvidar cualquier situación anterior en la que todo esto que acabo de describir sea algo inexistente.
Lo mismo, exactamente lo mismo, ocurre con actores, actrices, personajes televisivos y todo me da mucha pereza. La misma que me da cuando veo a actores que, utilizando sus cualidades interpretativas, sonríen y ríen de la manera más "natural" delante de los cartelones que promocionan sus trabajos pero muestran lo peor de sus caras mientras no haya negocio por medio.
Que este es su medio de vida: estoy de acuerdo. Pero conozco mucha, muchísima gente que es agradable y simpática en su trabajo y también lo es fuera, aunque traten con gente a la que no conocen y así deberíamos ser todos.
También es cierto que conozco gente desagradable sin ser famoso ni nada, pero de esos podemos hablar otro día. Y lo haremos...vaya si lo haremos.
Y es que no me gusta nada que el famoseo ofrezca dos caras totalmente opuestas y que están separadas por una delgada línea que se llama negocio. Hablo de Alejandro Sanz porque es el que ahora toca, pero esto se puede vivir con casi cualquiera que pertenezca a este mundo. Como toca promocionar disco es el momento de ser simpático, de reir todas las gracias, de aparecer en todo tipo de eventos, de hacer tournée por todas las cadenas de radio y por todos los programas de televisión, de aparecer en todos y cada uno de los medios escritos, de ser agradable, de mostrar la mejor dentadura y de olvidar cualquier situación anterior en la que todo esto que acabo de describir sea algo inexistente.
Lo mismo, exactamente lo mismo, ocurre con actores, actrices, personajes televisivos y todo me da mucha pereza. La misma que me da cuando veo a actores que, utilizando sus cualidades interpretativas, sonríen y ríen de la manera más "natural" delante de los cartelones que promocionan sus trabajos pero muestran lo peor de sus caras mientras no haya negocio por medio.
Que este es su medio de vida: estoy de acuerdo. Pero conozco mucha, muchísima gente que es agradable y simpática en su trabajo y también lo es fuera, aunque traten con gente a la que no conocen y así deberíamos ser todos.
También es cierto que conozco gente desagradable sin ser famoso ni nada, pero de esos podemos hablar otro día. Y lo haremos...vaya si lo haremos.
3 comentarios:
siempre nos quedará bustamante
Acertado, acertadisisisimo. Pienso exactamente igual q tú.
Eso
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