jueves, 10 de marzo de 2011

10 de marzo: Serafo.



Serafo es un tipo de esos que no se sabe si la vida les castiga o son ellos los que castigan a la vida. Un tipo de esos que cuando te lo encuentras te hace un resumen detallado, casi en tiempo real, de sus últimos años y gracias al cual te puedes dar cuenta de que tu vida no es tan mediocre como a veces piensas. Una persona con ilusiones pero con más barreras que puertas y que apenas consigue avanzar por culpa de ellas.



A Serafo lo veo muy de tarde en tarde. Pueden pasar años, varios años entre una y otra vez pero Serafo siempre te reconoce, te llama por tu nombre y te explica sin necesidad de que le preguntes lo qué hizo en todo este tiempo, te cuenta porqué estuvo en la cárcel, te dice que estuvo de manera injusta, te habla del futuro y hasta te canta una canción. Y luego, cuando ya cada uno se va por su lado te quedas pensando en las vueltas que da la vida y en lo que te puede cambiar por cualquier motivo sin necesidad de que éste sea importante.


Serafo no te pide nada, sólo quiere que le escuches, compartir contigo sus vivencias y luego te pide perdón por si algo de lo dicho fuese ofensivo, que nunca lo es o por el tiempo que te robó pero que en realidad, y sin saberlo, él te regaló. Serafo me cae bien, me resulta entrañable y me hace recordar que todo el mundo necesita ser escuchado, porque lo que a uno le puede parecer una tontería para otro puede ser algo vital y no cuesta nada escuchar, pensar, reflexionar...

No hay comentarios: