jueves, 17 de marzo de 2011

17 de marzo: ¿Quién es Lan?


Desde el minuto cero en el que el ser humano aparece por encima de La Tierra también aparece la curiosidad, esa facultad que todos tenemos para interesarnos por todo lo que nos rodea y por la que nos hacemos todo tipo de preguntas de cara a satisfacer nuestras particulares necesidades de información, cotilleo, chismorreo o cómo cada uno quiera llamar (de ahí el imparable éxito del Facebook). Por eso y porque sé que todos, absolutamente todos tenéis la verdadera necesidad de saber quién está detrás de estas letras que amablemente leéis cada cierto tiempo, ahí os lanzo un par de situaciones en las que yo siempre estaré. No falla!!

Yo soy ese que estará el segundo en la cola de la caja del supermercado, orgulloso de mi posición porque en pocos minutos seré el elegido, con 5 personas por detrás esperando su turno, emitiendo bufidos y rabiosas por ver mi carro tan lleno que casi no lo puedo ni mover cuando llega una señorita (o señorito) que amablemente dice aquello de "pasen por la caja de al lado en orden, por favor". Dada mi posición yo decido quedarme ahí, en mi caja original, en la que triunfaré seguro .... pero ocurre algo imprevisto: Al cliente delantero se le olvidó pesar las manzanas reinetas que estaban en oferta y ahora hay que esperar a que alguien las vaya a pesar, las traiga de nuevo y las vuelvan a pasar por el escáner (4 minutos). Además dirá que el pack de latas de bonito marcaba a 1,16 y no 1,26 como le quieren cobrar, tendrán que llamar al encargado que se encuentra en la otra punta de la tienda (7 minutos) y entre comprobación y comprobación, aquellos contrincantes que antes tenía a mis espaldas, ahora ya están todos en sus coches y de camino hacia sus casas. Pues ese que está detrás del "polémico" esperando con cara de tristeza, ese...soy yo.

Y también seré yo aquel que está en bar tomándose una caña y que cuando el camarero ofrece una tapita para acompañar en el estómago rugiente se transformará (el camarero) en el campeón del mundo de tiro parabólico de pincho consiguiendo evitar mi posición elegantemente y dejándome sólo con mi caña mientras el resto de parroquianos, a mandíbula batiente, disfrutan de su trocito de tortilla, de su panecillo con queso, de su bollito preñao o del ya archifamoso huevo cocido de color verduzco acompañado de unos insulsos guisantes y minúsculos trocitos de jamón. Ese que nunca le dan tapita ese...también soy yo.

Más fácil imposible.


1 comentario:

OCLE dijo...

Creo q deberías acompañar a Woody Allen al psicologo, lo tuyo con los supers y cajeras de los idem empieza a preocuparme.
Lo del camarero tiene facil solución, si no te dan la tapa, la coges o la exiges; ya no se les olvidará tu cara.