Debería hablar del pasado fin de semana en la bellísima ciudad de León. Debería hablar de lo intensas que fueron esas 22 horas que pasé allí. Debería hablar de lo que me gustó reencontrarme con dos amigos a los que veo mucho menos de lo que yo quisiera. Debería hablar de lo que hablamos a lo largo de esas 22 horas, pero no lo voy a hacer. Debería hablar del placer que redescubrimos al tomarnos tranquilamente unas bebidas (dejémoslo ahí) mientras anochecía frente a la Catedral, porque era frente a la Catedral, ¿no?. Debería hablar de lo que es capaz una persona cuando mete gol el equipo de sus amores. Debería hablar del impresionante ambientazo que hay a cualquier hora y que para si quisieran muchas ciudades (por ejemplo: esta misma). Debería hablar de lo divertido que es tomarse cañas antes de cenar. Debería hablar de lo divertidas que son las conversaciones en una cena por muy trascendentales que estas sean. Debería hablar de la maravillosa ducha que tenía el hotel y que dudo mucho, y lo digo en serio, que haya ducha mejor en muchos kilómetros a la redonda (¿por qué las de casa no serán así?). Debería hablar de la gente que se ve en los desayunos de los hoteles. Debería hablar de lo bien que sabe la cerveza los domingos a mediodía. Debería hablar del exquisito queso que tuve el placer de degustar. Debería hablar de lo mierda (perdón) que es la autopista que une León y Asturias. Debería hablar de las ganas que tengo de volver a verme en una situación similar. Debería hablar de lo que mucho que voy a echar de menos mañana el no verme en la misma situación que hace siete días. Debería hablar de la taberna cofrade donde no ponían fútbol en la televisión sino una procesión de Semana Santa. Debería hablar de todo, todo, todo lo que disfruté y que me vino muy pero que muy bien a mi cansada cabeza....
Que gran ciudad, León, pero que gran ciudad cualquiera si la disfrutas en buena compañía....
5 comentarios:
Muy bueno LAN; y hasta el Lunes q la música ya me la pongo yo.
Muy bueno LAN; y hasta el Lunes q la música ya me la pongo yo.
¿Qué le pasa a la autopista?
Te cuento:
Reconozco que la labor de comunicación de la autopista es innegable, pero como infraestructura a mi me parece muy incómoda. No me gusta nada conducir por esa autopista, tengo sensación de inseguridad, me pone especialmente nervioso y cuando la dejo atrás (por un sentido o por otro) respiro aliviado como si saliese de un examen. Quizás sea mi manera de conducir, pero es un tramo que me gusta muy poco.
Y añado: ¿por qué no voy entonces por el puerto de Pajares?. Pues porque mi tendencia al mareo es tan fuerte que prefiero estresarme por el Huerna a llegar vomitando a Pola de Gordón. Cuestión de preferencias.
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