jueves, 5 de marzo de 2009

Reconocimiento culinario


Dicen que uno de los mayores reconocimientos que puede tener un cocinero (hablo en masculino porque en este caso, y para variar, hablo de mi que soy paisano) es que sus invitados coman su comida con satisfacción y Comprobar ortografíano dejen nada en el plato e incluso repitan.


Y doy fe de ello, que acabo de hacer un sencillísimo puré de patatas y zanahorias, pero de patatas de verdad y como bien sabéis, yo jamás pruebo la comida que cocino debido a mi quisquillosa condición de "repunantín". Como yo no la pruebo, alguien la tiene que probar y quién mejor que mi hija de cuatro años para hacerlo (al fin y al cabo ella será parte destinataria de ese puré tan poco glamouroso).



Pues bien: Se lo dí a probar y ahora me anda persiguiendo por toda la casa para que le dé más puré y para decirme que hoy quiere cenar puré y quiere cenar YA. En este punto es importante destacar que son las seis y media de la tarde y se acaba de jampar un bocata de mortadela que no lo come el obispo. Con esa respuesta saco dos conclusiones:

Conclusión 1: Estoy más que satisfecho con la respuesta que produjo el susodicho y me anima a seguir cocinando (aquí me estoy tirando un farol que para cocinar no hace falta que nada me anime).


Conclusión 2: Voy a pedirle al Baronesito Thyssen que me dé el teléfono de la clínica donde se hizo las pruebas de paternidad, porque mira que yo soy "repu" para la comida y lo bien que me salió la chiquilla en ese aspecto. Jamás recuerdo yo haber probado un puré voluntariamente y mucho menos poner cara de alegría tras hacerlo. Mi madre podría escribir un libro sobre mis caras probatorias.
Cambiando de tema pero sin salir de la cocina, el otro día, un buen amigo mío me decía que para él uno de sus mayores placeres era terminar de cocinar y que la cocina estuviese impecable de limpita. Apoyo al cien por cien esa afirmación aunque a ese placer le añadiría una copita de un buen vino tinto bien cargado de taninos que, como placer, la cocina es algo maravilloso.

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