Hace tiempo, los que me seguís, ya sabéis que el pasado diciembre conseguí probar el pincho de tortilla más malo malísimo del mundo avalado por la World Tortillery Pinching, organismo competente en la materia donde los haya, pero el pasado viernes esa marca fue superada con creces por otro que ya se antoja insuperable hasta el punto de convocar de manera inmediata el segundo certamen porque eso no había por donde cogerlo.
Es muy difícil hacer una tortilla de patata tan mala como la del pincho que me comí para empezar el fin de semana. La tortilla nadaba en aceite (abundante aceite), las patatas que la formaban estaban cocidas y mal cocidas y el sabor era similar al del corcho de una botella de "Don Moratón". Cómo sería de malo aquel minibocadillo que soy incapaz de recordar si llevaba cebolla o no, que ya es decir.
Según lo estaba comiendo no daba crédito a lo que estaba sucediendo dentro de mi boca. Era incapaz de articular una sola palabra y mis pensamientos ya estaban destinados a pensar en las terribles consecuencias que semejante ingesta podría tener para mi salud.
En fin. De todos los errores aprende uno en la vida y espero que ninguno de vosotros cometa el error que yo cometí, que ahora me cuesta levantar la cabeza y jamás podre volver a mirar a una tortilla de patata a la cara...y recuperar el estómago.
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7 comentarios:
No podríamos saber donde empezaste el fin de semana? Por no ir, ya sabes...
La verdad es que si ves una tortilla con ese aspecto no se te ocurre pedirle, pero como soy medio lelo, allí me vi enviuelto por el poder tortillil.
El sitio era en Gijón y no era en el centro precisamente...
Hombre Lan, a lo mejor es que eres muy exigente contigo mismo.
Menos mal que no nos conocemos y no tengo la necesidad de llevarte por ahí a comer, que si no, miedo me daría!
Saludos.
Veo que eres una persona amante de la gastronomía, por lo que aprovecho para pedirte una receta. ¿Cómo se preparan los oricios? Unos amigos me han dicho que comieron unos exquisitos en Gijón y me gustaría poder prepararlos yo. Gracias.
Querida Ilustre Ciudad a la ribera del Ebro:
Efectivamente, en Gijón, sus amigos pudieron probar unos oricios exquisitos acompañados de una buena sidra y de una mejor compañía.
La receta más sencilla es ponerlos en una cazuela con agua, no hace falta que sea mucho. Se les dá un hervorín y listo. Se sirven en una fuente común y se abren clavando un cuchillo por su parte superior y haciendo palanca. Con una cucharilla te los zampas y acompañados de buena sidra. Tambíen hay quien los come crudos y quien los hace en el microondas. Eso si, te queda la cocina hecha un cristo.
Cuando los hagas mándame un mensaje y en cicno minutos estoy en tu casa compartiendo ese manjar.
Segun lo entiendo yo, los oricios solo se pueden comer de dos maneras:
Una, como describe el bloguero (o bloguista) arriba, a lo cual solo tengo que añadir que deben ser ingeridos en barra, con la pierna derecha en permanete flexion ayudada por zocalo ceramico o correpies de pseudo-bronce. Nunca en mesa, y mucho menos en la propia cocina.
O dos, mas civilizada, en algun establecimiento japones donde se pide un rollo de "Uni" (prohibido pedirlo como uno de "la Laboral", aunque para efectos nmemotecnicos ayuda un huevo)
Normalmente viene presentado en cazoleta de shushi, no shashimi, es decir con abundante arroz engañabobos al fondo en cuenco de seeweed. Claro que solo se sirve "lo naranja" del bicho con lo que la cantidad a ingerir es inferior.
El precio medio de semejante manjar nipon (1 rollo, tres palilladas a lo sumo) ronda los $4.00 (NY). Un lujo.
Seria bueno que el bloguero nos oriente a lo que por la opcion 1 se paga en chigres patrios.
Pues a decir verdad no tengo ni idea, porque cada vez que voy a un chigre a comerme oricios aprovecho un descuido del camarero para echar a correr y no parar hasta llegar a La Felguera.
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