Cuando eres joven te crees el rey del mundo, piensas que eres lo más y que sólo tus actos son los válidos, pero muchas veces, más de las que creemos, no es así. A continuación voy a "confesar" una pequeña antología de cosas que hice cuando era joven y que nunca jamás volvería a hacer:
- Ir a trabajar de doblete: No me siento orgulloso por ello sino más bien avergonzado. No lo repetiría nunca porque lo recuerdo como una de las experiencias físicas más duras de mi vida. Por suerte, de aquello, ya pasaron muuuchos años y ya nadie lo recuerda, salvo yo mismo. Supongo que algún lector de este blog habrá pasado por esa experiencia y estará conmigo en que es terrible y que nunca más se repetirá.
- Conducir un coche ajeno: Esta confesión no tendría nada grave sino fuese porque en el momento en el que lo hice no tenía carnet y no tenía ni puñetera idea de conducir, por lo que no pude llegar muy lejos. Tampoco pude avanzar mucho más ante la presencia de dos policías que, aún no se porqué, nos dejaron marchar como si no hubiese pasado nada. En aquella aventura me acompañaba ese "amigo" del que alguna vez os hablé y que nos invitó a su casa de Pamplona para dormir en una banqueta de la cocina. Esa compañía hace que aquella experiencia sea aún más penosa todavía.
- Nadar playa adentro: Parece un ejercicio muy sano, pero sólo para ese experto nadador que yo, y todos lo sabéis, no soy. Una total irresponsabilidad por mi parte que casi hace que hoy no esté aquí escribiendo este blog. Ocurrió en una playa muy famosa del norte de España donde el menda lerenda tuvo la feliz idea de intentar alcanzar a nado una especie de plataforma que estaba a unos cincuenta metros de la orilla. Por suerte, cuando llevaba unos cinco metros me dio una especie de mareo que me hizo volver de inmediato a la orilla donde ya me recuperé. ¿Pero quién me pensaba que era yo para intentar hacer esa machada?. Aquel día si que tuve buena suerte.
Esto sólo son tres muestras de cosas que hice y de las que me arrepiento. No pretendo que sean graciosas porque me parecen las tres bastante irresponsables por mi parte, aunque por cada cosa que hice mal en mi juventud hay cien de las que estoy orgulloso y que sí volvería a repetir una y mil veces. Son las cosas buenas que no podría resumir en un post pero que las tengo muy presente en mi cabeza, entre neurona y neurona.
1 comentario:
pues la segunda es muy graciosa, yo me sigo riendo.
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