Recuerdo un Día del Padre de hace muchos, muchísimos años un regalo que yo le hice al mío y que consistía en un pequeño panel de madera con una frase escrita y que decía: "No hay cosa más sana que hacer cada uno lo que le dé la gana". Aquella frase que resumía un poco mi filosofía de vida actual (con matices) y que tanto estoy defendiendo últimamente estuvo colgada en la pared de su habitación durante mucho tiempo y aunque el regalo en sí era bastante poco decorativo, él lo tenía allí como si de un Goya se tratase, haciéndome sentir importante por haber acertado de pleno con aquel regalo.
Hoy las cosas han cambiado. Ahora yo recibo el regalo y lo recibo con una ilusión difícil de explicar. Puedo recibir algún regalo material, entendiendo como regalo material aquel que hay que comprar en una tienda, pero sin duda alguna el regalo que más feliz me puede hacer es un dibujo, porque está hecho por ellos y para ellos es lo más importante (y para mi también), porque representa un gran esfuerzo, porque detrás de los colores se puede ver la ilusión con que está hecho y porque la cara de ellos cuando me lo dan es irrepetible.
En días como este entiendo porqué mi padre decidió colgar aquel panel tan poco estético al lado de la puerta de su habitación y lo mantuvo allí durante toda su vida...
1 comentario:
Hermoso post, Lan. Bonito aquel regalo a tu padre, y muy significativo como te regaló, él a ti, ese mensaje en forma de recuerdo: "Haz lo que quieras" llevaba inscrito en el reverso el Aurín de la Historia Interminable, era el pasaporte a Fantasía. Hermoso (vuelvo a decir)...
Publicar un comentario