Nunca estuve en un berenejenal de los de verdad, no tengo ni idea de cómo son ni me lo puedo imaginar, se cómo son las berenjenas casi casi de milagro pero ahora, hoy, me veo aquí en este mío particular del que no se si podré salir de manera airosa.
Me siento un poco como esos amantes del riesgo que un bien día deciden encerrarse vivos en un ataúd bajo tierra durante 3 meses o esos que se encadenan dentro de una pecera y que tienen que lograr salir en un par de minutos si no quieren ir a plantar geranios el resto de sus vidas. Está claro que mi riesgo no es extremo (nunca fuí yo de esos) pero me siento un poco como ellos.
Y también recuerdo en este momento a los Hermanos Bordini, esos que se recorrían medio mundo encima de un cable de acero y que caían (no lo digo en sentido estricto) por Gijón todos los veranos de mi infancia. Me puedo imaginar en este momento lo que sentían la primera vez que ellos intentaban subir hasta lo más alto y leyendo sus mentes (ya sabéis que tengo ese poder) se adivinaba una frase por encima de las otras: "Quién me mandaría a mí....".
Yo afronto este reto de 1 día = 1 post con ilusión pero con temor. Me gustaría poder escribir 31 posts de una mínima calidad y de una cierta cantidad (de letras), que este mes encontraseis en este blog un lugar dónde acudir cada día y, sobretodo, espero no decepcionaros. Veremos a ver qué pasa.
Volviendo a los Hermanos Bordini (la verdad es que no recuerdo si eran hermanos, primos o no son nada y yo ya les estoy uniendo familiarmente) recuerdo aquellos días en los que ellos venian como un gran acontecimiento del verano gijonés. Pienso que el gran acontecimiento sería para mí, que era un carajillo que se sorprendía con cualquier cosa, y no tanto para mis padres a los que debía resultarles un peñazo el tener que estar tanto tiempo de pie y mirando hacia arriba con riesgo de una tortícolis galopante para después pagar la voluntad que ellos amblemente recogían en un sombrero.
Yo disfrutaba viéndoles y jugaba a imitarles. Por el tendal que unía mi casa en un sexto piso con el de vecina y que atravesaba el patio de luces hacía equilibrios con una escoba como elemento de equilibrio. Incluso llegué a pensar hacerlo en bicicleta pero me negué al no conseguir financiación externa por el método descrito antes del sombrero.
Esto último, ya imaginaréis, no es cierto....pero podía haberlo sido, que hay mucho niño grillado por el mundo, ¿o no?. Feliz Marzo!!!.
Me siento un poco como esos amantes del riesgo que un bien día deciden encerrarse vivos en un ataúd bajo tierra durante 3 meses o esos que se encadenan dentro de una pecera y que tienen que lograr salir en un par de minutos si no quieren ir a plantar geranios el resto de sus vidas. Está claro que mi riesgo no es extremo (nunca fuí yo de esos) pero me siento un poco como ellos.
Y también recuerdo en este momento a los Hermanos Bordini, esos que se recorrían medio mundo encima de un cable de acero y que caían (no lo digo en sentido estricto) por Gijón todos los veranos de mi infancia. Me puedo imaginar en este momento lo que sentían la primera vez que ellos intentaban subir hasta lo más alto y leyendo sus mentes (ya sabéis que tengo ese poder) se adivinaba una frase por encima de las otras: "Quién me mandaría a mí....".
Yo afronto este reto de 1 día = 1 post con ilusión pero con temor. Me gustaría poder escribir 31 posts de una mínima calidad y de una cierta cantidad (de letras), que este mes encontraseis en este blog un lugar dónde acudir cada día y, sobretodo, espero no decepcionaros. Veremos a ver qué pasa.
Volviendo a los Hermanos Bordini (la verdad es que no recuerdo si eran hermanos, primos o no son nada y yo ya les estoy uniendo familiarmente) recuerdo aquellos días en los que ellos venian como un gran acontecimiento del verano gijonés. Pienso que el gran acontecimiento sería para mí, que era un carajillo que se sorprendía con cualquier cosa, y no tanto para mis padres a los que debía resultarles un peñazo el tener que estar tanto tiempo de pie y mirando hacia arriba con riesgo de una tortícolis galopante para después pagar la voluntad que ellos amblemente recogían en un sombrero.
Yo disfrutaba viéndoles y jugaba a imitarles. Por el tendal que unía mi casa en un sexto piso con el de vecina y que atravesaba el patio de luces hacía equilibrios con una escoba como elemento de equilibrio. Incluso llegué a pensar hacerlo en bicicleta pero me negué al no conseguir financiación externa por el método descrito antes del sombrero.
Esto último, ya imaginaréis, no es cierto....pero podía haberlo sido, que hay mucho niño grillado por el mundo, ¿o no?. Feliz Marzo!!!.
6 comentarios:
Lan: más presión tenían Julio Iglesias y Bertín Osborne en sus tiempos mozos cuando tenía que caer una cada noche. Imagínate cuando llegaba la tarde ... y todavía nada. Tu siempre puedes dejarnos una canción.
Un soneto me manda hacer Violante,
en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
Lope de Vega.
A este famoso soneto me recordó, al empezar, el primer post del reto, muy bueno por cierto. Ánimo que, como dicen, no hay quinto malo, y marzo es un mes corto, como todos sabemos, y muy airoso.
Halagado me encuentro en la comparanza con don Lope Félix, Don Norberto y Don Julio.
Gracias por estar ahí!!!
!!!LOS BORDINI!!!
Eso si que es un buen recuerdo del verano gijonés...de las pocas cosas de las que me acuerdo perfectamente. Que tios!!
Animo con el post diario.
Ánimo Lan, que tú puedes con todo!!
Pa reto el mío cada vez q paso por aqui, SIEMPRE tengo q volver a rellenar el formulario y registrarme una vez massssssss !!!!
Publicar un comentario