Hablemos de peras.

Tenía la intención inicial de dedicarle unas palabrillas a Sánchez Dragó, pero como pasó de dejarle ni un minuto de mi tiempo a semejante papanatas, voy a hablar de algo que nada tiene que ver con él, por suerte para todos.

Bien sabéis que cuando voy al supermercado y me toca pasar por delante del pasillo refrigerado de los yogures y productos lácteos me quedo petrificado durante largos minutos sin capacidad de movimiento y mucho menos de decisión ante tan variada posibilidad de elección (que fácil era antes cuando sólo podías escoger el natural o el de fresa sin tropiezos). Pero es que hoy descubro que no sólo me pasa con los lácteos sino también con la fruta, pero no con toda la gama hortofrutícola, no. Me pasa sólo con las peras!!!

Y es que hay más peras por el mundo que concursantes de Gran Hermano. Que si pera conferencia, que si pera limonera, que si pera ercolina, que si pera packam’s, que si pera red D’Anjou, que si pera de agua, que si pera mekeyallego, … y todas de aspecto similar, que al fin y al cabo son peras, pero de interiores diferentes.

A mi sólo me gustan esas peras dulces a las que les das un mordisquito y ellas mismas parecen decirte “no te cortes y muerde más”. Esas que yo nunca encuentro porque algunas son duras como piedras, otras no saben a nada con lo que te da lo mismo que sea una pera o que sea un trozo de neumático y otras que se meten entre los dientes como haciendo palanca y dando la sensación de que te los van a reventar mandando al paleto derecho para Murcia y al izquierdo para Cuenca. Esas peras (las que me gustan), para mi desgracia, sólo las podemos comer en una corta y determinada época del año y cómo mi memoria bineuronal es incapaz de recordar su imagen su época y mucho menos su nombre, allí me podréis encontrar, frente a las peras, jugando a las adivinanzas y marchando con un kilo de las elegidas que al llegar a casa se transformarán, casi con toda seguridad, en decepciones con forma abotijada.

Y no me preguntéis que tipo de pera es, porque ni idea, de verdad. Ni idea. Soy un desastre