Como ya todos sabéis, hace poco más de un mes, he sido papá de mi segundo hijo (que se sepa, como diría el chistosillo de turno) y en estos treintaypico días he pensado cosas positivas y cosas menos positivas de tener hijos. Como no quiero tener secretos con vosotros os hago un pequeño resumen a modo de guía para futuros padres que, me consta, alguno hay entre mis lectores. Ahí voy:
Cosas menos positivas:
- Dormir poco: Esta es la parte que peor llevo en estos momentos. Resulta duro, muy duro, estar acostumbrado a dormir una media de ocho horas y, de golpe y porrazo, reducir esa media prácticamente a la mitad. El cuerpo se va acostumbrando, pero no deja de ser duro. Lo bueno de esto es que descubres programas de televisión que jamás imaginarías que existieran y lo mejor es que, aunque ahora parezca imposible, esto tiene una duración limitada y luego se vuelve a recuperar el ritmo de sueño.
- Fin de la tranquilidad: Así como suena. Desde el momento en el que tienes un hijo es casi imposible que disfrutes de un periodo largo de tranquilidad en todo lo que te queda de vida. Que si come, que si no come, que ríe, que llora, que si tiene mocos, que si tiene plaza en el colegio, que si se va de botellón, que si se casa, que si encuentra trabajo, que si estudia bien, que si será feliz, que si...
- Fin de la libertad: Ya nada vuelve a ser como antes. Si estabas acostumbrado a salir, a cenar los fines de semana, a marchar unos días a visitar una ciudad, temporalmente SE ACABÓ. Deberás espaciar más las salidas con las que tanto disfrutabas y dependerás de tener a alguien que buenamente se ofrezca a cuidar a la descendencia. En el caso del primer hijo, el golpe psicológico que supone esta pérdida repentina de libertad es BRUTAL, pero te vas acostumbrando a las circunstancias. Las salidas son menores pero es fundamental que las siga habiendo, por el bien de tu equilibrio mental. Después, los chiquillos van creciendo, y se alcanza el "tercer grado".
Cosas positivas:
- Sólo una (pero grande): La parte positiva es tremenda, enoooorme y aunque suene a gilipichez, la realidad es que es imposible de explicar con palabras lo que un hijo te dá y por mucho que alguien te lo intente explicar, tu mente nunca alcanzará las dimensiones que realmente tiene. El amor crece día a día (ojo, pero no aparece desde el primer día por mucho que las famosas lo quieran demostrar) y llega lejos..muy lejos. Un hijo te llena un vacío imaginario, pero ese vacío no eres consciente de tenerlo hasta que algo lo llena. Una vez lleno echas la vista atrás y te das cuenta de ello. Sin ninguna duda, una gran experiencia que si puedes, debes vivirla y si no puedes no te lamentes que, seguro, otras cosas ofrecerá la vida que para tí signifiquen algo muy grande.
Resumiendo, que si tienes hijos está muy bien, que si no los tienes también está muy bien y que lo importante es que seas feliz y estés de acuerdo con la circunstancia que te toca vivir, conformándote con lo que tienes y sin preocuparte si al final no tienes lo que deseas, que sea lo que sea, es necesario buscar siempre el lado positivo.
Recordad mi lema: POSITIVIDAD !!!
Cosas menos positivas:
- Dormir poco: Esta es la parte que peor llevo en estos momentos. Resulta duro, muy duro, estar acostumbrado a dormir una media de ocho horas y, de golpe y porrazo, reducir esa media prácticamente a la mitad. El cuerpo se va acostumbrando, pero no deja de ser duro. Lo bueno de esto es que descubres programas de televisión que jamás imaginarías que existieran y lo mejor es que, aunque ahora parezca imposible, esto tiene una duración limitada y luego se vuelve a recuperar el ritmo de sueño.
- Fin de la tranquilidad: Así como suena. Desde el momento en el que tienes un hijo es casi imposible que disfrutes de un periodo largo de tranquilidad en todo lo que te queda de vida. Que si come, que si no come, que ríe, que llora, que si tiene mocos, que si tiene plaza en el colegio, que si se va de botellón, que si se casa, que si encuentra trabajo, que si estudia bien, que si será feliz, que si...
- Fin de la libertad: Ya nada vuelve a ser como antes. Si estabas acostumbrado a salir, a cenar los fines de semana, a marchar unos días a visitar una ciudad, temporalmente SE ACABÓ. Deberás espaciar más las salidas con las que tanto disfrutabas y dependerás de tener a alguien que buenamente se ofrezca a cuidar a la descendencia. En el caso del primer hijo, el golpe psicológico que supone esta pérdida repentina de libertad es BRUTAL, pero te vas acostumbrando a las circunstancias. Las salidas son menores pero es fundamental que las siga habiendo, por el bien de tu equilibrio mental. Después, los chiquillos van creciendo, y se alcanza el "tercer grado".
Cosas positivas:
- Sólo una (pero grande): La parte positiva es tremenda, enoooorme y aunque suene a gilipichez, la realidad es que es imposible de explicar con palabras lo que un hijo te dá y por mucho que alguien te lo intente explicar, tu mente nunca alcanzará las dimensiones que realmente tiene. El amor crece día a día (ojo, pero no aparece desde el primer día por mucho que las famosas lo quieran demostrar) y llega lejos..muy lejos. Un hijo te llena un vacío imaginario, pero ese vacío no eres consciente de tenerlo hasta que algo lo llena. Una vez lleno echas la vista atrás y te das cuenta de ello. Sin ninguna duda, una gran experiencia que si puedes, debes vivirla y si no puedes no te lamentes que, seguro, otras cosas ofrecerá la vida que para tí signifiquen algo muy grande.
Resumiendo, que si tienes hijos está muy bien, que si no los tienes también está muy bien y que lo importante es que seas feliz y estés de acuerdo con la circunstancia que te toca vivir, conformándote con lo que tienes y sin preocuparte si al final no tienes lo que deseas, que sea lo que sea, es necesario buscar siempre el lado positivo.
Recordad mi lema: POSITIVIDAD !!!
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