martes, 20 de enero de 2009

Envidia

Lo reconozco y lo digo públicamente y sin tapujos: Tengo envidia de Barack Obama.
Y es que me imagino lo que estará haciendo en este momento en un superfiestón familiar y rodeado de amigos, viendo las fotos de la toma de posesión en el salón de la Casa Blanca, tomándose una cocacola en vaso de plástico blanco servido de una botella de 2 litros y picando unos ganchitos y unas aceitunas que, para la ocasión, pusieron en una mesa debidamente tapada con un mantel de cuadros mientras comentan anécdotas de lo bien que estuvo la ceremonia:
-¿Te fijaste el vestido que llevaba Laura Bush?
-Ay si, fíu. Vilu yo en el escaparate de Meana al 30%. Sentabai como un guante.
Y es que esa sensación que tiene que tener ahora el ya presidente de los EE.UU. (y ahora ya en serio) tiene que ser una sensación impresionante. Ya me gustaría a mi tener una sensación parecida. Que me nombren presidente de algo, de lo que sea y poder celebrarlo como se merece.
El próximo año me presento voluntario a presidente de la comunidad de vecinos y, casi fijo, me eligen. Ya vereis.

2 comentarios:

Mr Pesk dijo...

Yo envidio más a Tiger Woods, pero es cuestión de prioridades.

Barack debería comerse todos los ganchitos ahora, porque a partir de ahora se va a tener que comer muchos marrones.

Desde aquí ¡suerte para Barack Hussein! y por ende para todos nosotros.

Lan dijo...

Como me alegro de volver a verte, amigo ceutí!!!.

La envidia no es por ser Obama en sí, sino por disfrutar de la fiesta post-investidura y por ser presidente....

Si alguien hace una fiesta....que me invite!!!. Soy la alegría de la huerta!!!