Menudo viento tenemos hoy. La verdad es que verlo desde casa es una auténtica gozada y si tienes el privilegio de vivir frente al mar el espectáculo debe ser memorable (fijense que pongo "debe ser" por la sencilla razón que el que suscribe NO vive frente al mar).
Yo que los sábados suelo madrugar mucho (mejor dicho: me madrugan) para venir a trabajar lo que he visto hoy hacía mucho que no lo veía: árboles por el suelo, andamios descuajaringados, un borrachín con un vaso en la mano las 8 de la mañana (sé que no tiene que ver pero es que también vi uno de esos), policía y bomberos a todo trapo por la ciudad, etc. y con eso de la asociación mental me vino a mi cabeza una canción de Christopher Cross que se llama "Ride Like the Wind" que también la cantaba yo cuando emulaba al personajillo ese que os dije que vi a las 8 de esta mañana y que le gustaba mucho a una lectora de este blog a la que mando un beso de esos que no nos damos cuando nos vemos.
En días parecidos a este y cuando era más pequeñín aún de lo que soy disfrutaba metido en mi casita y esperando a que llegase la hora del comienzo de un programa que marcó muchas vidas, entre ellas la mía: SABADABADÁ. Lo veía acurrucado en el sofá bajo una manta protectora, envuelto en mi skijama conmemorativo de los juegos de Sapporo y acompañado de un sandwich mixto exquisito que me hacían en un grill de Magefesa que le tocó a mi padre en una rifa. Mmmmm que buenísimo estaba. Lo que daba yo por recuperar aquel grill, que las sandwicheras ya no son lo mismo.
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